Todos estamos de acuerdo en que cuando abres un brick de leche, automáticamente lo tienes que guardar a la nevera para poder conservar bien el producto y que no se estropee. Sin embargo, la cuestión clave aquí es donde lo colocas en el frigorífico. Puede parecer una tontería, pero es más importando de lo que pensamos. Y ya te advertimos: si pones la leche en el estante de la puerta de la nevera, ¡llevas toda la vida guardándola mal! A continuación, te explicamos el motivo y la manera correcta de preservarla con todas sus cualidades.

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¿Guardas bien la leche en la nevera? ¡Compruébalo!

A la hora de guardar la leche a la nevera, podemos pensar que la puerta es el lugar ideal: no se puede derramar, tiene la medida perfecta para el brick y, además, es fácil de sacar y poner el brick porque queda a mano. Pero hacerlo es un error que tendríamos que evitar. Y es que distribuir los productos dentro de la nevera tiene su importancia, ya que no todos necesitan la misma temperatura para preservar su calidad. Demasiado calor o demasiado frío puede hacer que los alimentos se estropeen y no se conserven como lo tendrían que hacer. En el caso de la leche, se trata de un producto delicado y, por eso, necesita una temperatura baja y constante, la cual no ofrece la puerta de la nevera, que es la que tiene más cambios de temperatura. Al final, abrimos y cerramos la puerta a menudo, y, a consecuencia, hacemos que varíen los grados a los que está sometida la leche, así como el resto de productos. Lo mismo pasa con los huevos, que también se acostumbran a guardar en este espacio del electrodoméstico, que, incluso, muchas veces lleva incorporado una huevera.

Esta es la manera correcta de guardar la leche a la nevera

Así pues, si no podemos guardar la leche en la puerta de la nevera, ¿cuál es el mejor lugar para conservarla? Este producto lácteo se tiene que preservar entre los 2 °C y 5 °C para que puedn mantener su calidad. Por eso, el mejor lugar es un estante del centro del interior de la nevera, que son de los más frescos, reservando los de abajo en productos como carne o pescado, que necesitan todavía más frío para conservarse. Cualquier producto similar a la leche, como los yogures, también se tiene que guardar en este espacio. Aparte, es importante tener en cuenta la fecha de caducidad y recordar que, una vez abierto el brick, la leche se tiene que consumir en un plazo de 4 a 6 días.