José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González han entrado este lunes en campaña interpretando dos papeles bien diferentes. Para Pedro Sánchez, uno ha actuado como fuerza antagonista y el otro como fuerza aliada. Es fácil de adivinar quién es quién, teniendo en cuenta la trayectoria de ambos y los discursos de uno y del otro en apariciones públicas. Zapatero se ha volcado en los últimos meses con el actual PSOE, y es uno de los activos más importantes de Pedro Sánchez en la campaña de las elecciones generales del 23-J. Felipe González, en cambio, no hace nada más que poner palos en las ruedas de Ferraz, remando en la dirección contraria que el actual presidente del Gobierno y su equipo.

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Zapatero salía este mismo lunes a primera hora a cerrar filas con Pedro Sánchez. En declaraciones en TV3, salía a hacer de altavoz del actual presidente del Gobierno y a defender su discurso: veía "impensable" que el PSOE entregue sus votos al PP para que, en caso de que los populares ganen las elecciones, pero no lleguen a la mayoría absoluta, Alberto Núñez-Feijóo pueda conformar un gobierno en solitario, sin necesidad de pactos de gobierno o de legislatura con Vox. "No veo este escenario bajo ningún concepto", ha manifestado; además de recordar que los socialistas ya lo hicieron en 2016 con Mariano Rajoy para no tener que ir a unas terceras elecciones, cosa que provocó una crisis interna en el partido.

Es más, en aquel momento Pedro Sánchez defendió la posición contraria a facilitar la investidura de Rajoy hasta el punto de que, con el fin de no contradecirse, acabó dimitiendo y abandonando las responsabilidades directivas del PSOE. Zapatero ha dicho también lo mismo que dice el actual secretario general de los socialistas: que el PP no ha reconocido nunca ni ha correspondido el gesto de los socialistas.

Felipe González, el antagonista de Sánchez

En la otra cara de la moneda la representa Felipe González, que este lunes le ha hecho un favor al PP. Ha defendido que si después de las elecciones generales del 23-J se produce un escenario de bloqueo —cosa que es bastante plausible—, se deje gobernar a la lista más votada, que casi todas las encuestas pronostican que será la de los populares. Este es, sencillamente, el gran reclamo de Alberto Núñez-Feijóo en esta carrera electoral.

Es más, el líder de los populares ha llegado a hacer chantaje a Sánchez, instándolo a abstenerse porque, si Feijóo tuviera que acabar colocando a Santiago Abascal como vicepresidente de su gobierno, sería culpa de Pedro Sánchez por no haberse abstenido en una investidura del líder popular. A pesar de la presión discursiva del PP hacia el PSOE en la cuestión de la abstención de una investidura de Feijóo, el expresidente socialista ha decidido abonar el discurso del PP y remar en el mismo sentido que Génova.

En un artículo titulado Pónganse de acuerdo y publicado en Nueva Revista, editada en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), el expresidente del Gobierno pide buscar "pactos de centralidad". Ya que, según él, cada vez que se hace lo contrario, "el país se debilita, pierde fuerza y credibilidad, tanto interna como internacionalmente". Felipe González ha defendido que "los ciudadanos sienten un enorme alivio cuando ven que, en lugar de estar peleándose por cuestiones personales, para destruir al otro, los políticos se ponen de acuerdo". En un mensaje indirectamente enviado a Pedro Sánchez, el expresidente del Gobierno ha señalado que "vale la pena cuidar" la "importancia sistémica que tiene al PSOE en democracia".