Tal día como hoy del año 1855, hace 170 años, en Barcelona, un grupo de industriales catalanes formado por Valentí Esparó, Nicolau Tous (padre e hijo), Celedoni Ascacíbar, Ramon Bonaplata, Josep Maria Serra, Joan Güell y Josep Mendiguren fundaba la sociedad "La Maquinista Terrestre y Marítima" que, enseguida, se convertiría en la principal empresa de transformaciones metalúrgicas del país y en la mayor fábrica de Catalunya. Los talleres de la Barceloneta (1861) llegarían a concentrar una masa laboral de 1.200 trabajadores (rivalizarían con "La Fabril Algodonera" de Reus —popularmente "el Vapor Nou"— que alcanzaría una nómina de más de 1.000 trabajadores). Y los talleres de Sant Andreu, construidos en 1917, concentrarían a 3.000 trabajadores más.
La "Maquinista" como fue conocida popularmente, se convirtió en uno de los símbolos de la Revolución Industrial catalana. Su fundación y su desarrollo tendrían una importantísima repercusión técnica, económica y práctica en el imaginario colectivo, en la transformación del paisaje y en la ocupación del territorio. La fundación y desarrollo de la "Maquinista" se produjo simultáneamente a la expansión de la red ferroviaria catalana y a la progresiva introducción de la máquina de vapor en la industria y en la navegación. En sus inicios, la producción de la fábrica se destinaría a la construcción de maquinaria pesada que pedían las compañías ferroviarias y navieras y las industrias textiles.
En 1965, después de ciento cuatro años de existencia, fueron desmantelados los talleres de la Barceloneta y quedaron únicamente como almacén. La producción fue desviada a los talleres de Sant Andreu. Sin embargo, en 1993 estos talleres de Sant Andreu también fueron desmantelados y la producción fue reubicada a unas instalaciones de nueva construcción situadas entre Santa Perpètua de Mogoda y Mollet del Vallès. En 1998 (ciento cuarenta y tres años después de su fundación), la "Maquinista" sería adquirida por la multinacional de capital francés Alstrom. No obstante, el Comité de Empresa recibiría la Medalla de Barcelona por su compromiso a mantener la identidad de esta histórica fábrica catalana.