Tal día como hoy del año 1873, hace 150 años, se proclamaba la I República española (1873-1874). El día anterior (10 de febrero de 1873), el rey Amadeo I, que había sido elegido y coronado por las Cortes (1870), después de que el general Prim, presidente del Partido Progresista y del Gobierno, hubiera derrocado y desterrado a Isabel II (1868), renunciaba al trono y abandonaba el estado español. Amadeo I, que había sido el candidato preferido de Prim, había llegado a Madrid para ser coronado al día siguiente de la muerte del general (30 de diciembre de 1870), asesinado en un atentado; no se adaptó nunca al ambiente corrupto y chulesco de la corte de Madrid.

El día 11 de madrugada, cuando los diputados republicanos de las Cortes tuvieron conocimiento que el rey había abandonado Madrid, tomaron los edificios más estratégicos de la ciudad. Pocas horas después, las Cortes proclamaban la República y nombraban el catalán Estanislau Figueres i Moragas (Barcelona, 1819 – Madrid, 1882), del Partido Federal Republicano, presidente de la Primera República española. Figueres fue presidente hasta la crisis política —fuertemente influida por la crisis económica— de junio de 1873 y dejó paso a Francesc Pi i Margall (Barcelona, 1824 – Madrid, 1901), también del Partido Republicano Federal.

Durante aquellos meses iniciales, se puso de manifiesto la desunión entre los republicanos. En los territorios donde el republicanismo tenía más tradición y fuerza, Catalunya y el País Valencià, se promovía un nuevo modelo de estado federal, basado en la realidad plurinacional española. Mientras que en Madrid y en el conjunto de Castilla, los republicanos pretendían imponer un modelo de estado unitario, inspirado en el mapa francés, que no reconocía la naturaleza diversa de los territorios que formaban parte del estado. Estas tensiones erosionarían la confianza del poder económico español en el régimen republicano, que acabaría promoviendo el golpe de estado militar del general Martínez Campos y la restauración borbónica (1874).