Tal día como hoy del año 1861, hace 163 años, entraba en funcionamiento un cable telegráfico submarino que comunicaba la isla de Ibiza y el País Valencià y que sería el primero de esta naturaleza en la historia peninsular. Unos meses antes (septiembre, 1860), el barco Stela, con la ayuda de la goleta Bonavetura, habían tirado el cable desde la playa de Porroig, en el término municipal de Sant Josep de Sa Talaia (Eivissa), hasta la playa de la Grava, en el término municipal de Xàbia (País Valencià). Estos dos puntos son los más próximos entre las islas Baleares y la península Ibérica. Acto seguido, en Xàbia se construyó una estación telegráfica que sería popularmente conocida como "la Casa del Cable".

Aquel primer cable había sido fabricado en Liverpool (Inglaterra) por la casa Henley. Sin embargo, un tiempo más tarde (1878) el cable se rompió y las comunicaciones telegráficas quedaron interrumpidas. Pasados cuatro años (1882), el barco italiano Città di Milano instalaba un nuevo cable, más moderno y más consistente, que seguiría el mismo trayecto que el anterior, pero que a diferencia del primero había sido fabricado en Milán (Italia) por la casa Pirelli. Los trabajos de restitución de la comunicación duraron mucho más que los del primer cableado, y se alargaron hasta el año 1886. La casa Pirelli fabricó una caja conmemorativa con una placa que reza "Pirelli C Milano speziz Jávea-Iviza 1888".

Poco después de aquella primera iniciativa, se instaló otro cable (1870) que uniría los puertos de Barcelona y de Mahón (Menorca); que sería el segundo cable telegráfico submarino de la historia peninsular.