Tal día como hoy del año 1707, hace 316 años, en Madrid, nacía Luis, primogénito de Felipe V —el primer Borbón hispánico— y de su primera esposa, María Luisa Gabriela de Piamonte. Luis I fue coronado en 1724, a los 17 años de edad, tras la abdicación de su padre, que estaba en una fase muy avanzada de una enfermedad mental que lo incapacitaba para gobernar. No obstante, Lluís solo reinaría unos meses. Oficialmente, murió debido a la viruela, pero el rumor popular sostendría que la verdadera causa había sido una infección venérea. Según las fuentes de la época, Luis, desde los trece años, había sido "el mejor cliente de los prostíbulos de peor reputación de la Villa y Corte".

Luis se había convertido en la auténtica esperanza de los borbónicos en París y en Madrid. Felipe llevaba años literalmente incapacitado y Fernando —su segundo hijo y hermano pequeño de Luis— sufría la misma enfermedad mental que su padre. Poco después de ser coronado, enfermaría de viruela y acabaría muriendo siete meses y medio después de haber accedido al trono. Con su muerte prematura, el Consejo de Castilla —el equivalente al actual Consejo de Ministros— presionó a Felipe V para que reanudara sus anteriores funciones, pero sería en realidad su segunda mujer, la reina Isabel Farnese, quien gobernaría los dominios borbónicos con un autoritarismo despótico todavía más acentuado.

La Farnese es una de las grandes desconocidas de la historia de la represión y el espolio borbónico de Catalunya. Mantuvo una postura intransigente en las negociaciones entre Viena y Madrid para la devolución del patrimonio confiscado a los exiliados catalanes austriacistas, que puso en peligro el tratado de paz definitivo de 1724. Y durante su gobierno se incrementó exponencialmente la brutal represión lingüística, cultural y el espolio económico contra Catalunya. Como gobernante, mantuvo una posición de desafío permanente con los Borbones franceses, que provocó repetidamente la ruptura de la alianza dinástica París-Madrid que sostenía a los Borbones hispánicos.