Tal día como hoy del año 1796, hace 227 años, en Sabadell, nacía Pere Turull i Sallent, que en el transcurso de su vida se convertiría en un exitoso empresario y en el paradigma del fabricante catalán. Turull se inició como comerciante de materia prima destinada a la industria textil. Compraba lana y algodón en bruto a los productores de las regiones españolas de Andalucía y de Extremadura, lo importaba a Catalunya y lo vendía a los fabricantes textiles. Turull se convirtió en uno de los principales proveedores de la industria textil catalana, y, por lo tanto, uno de los principales clientes de los productores agrarios, que lo apodaron con el sobrenombre de "el Rico Catalán".

Su extraordinaria visión y la gran experiencia adquirida durante aquellos primeros años de intermediación, le permitieron poner en práctica un sistema muy arriesgado, pero también muy rentable si se cumplían las expectativas creadas. Turull compraba toda una cosecha antes de la siembra, a un precio pactado que era sensiblemente más bajo que el del producto puesto en el mercado en condiciones normales. Generalmente, el productor agrario aceptaba, por qué pasara lo que pasara que pudiera estropear la cosecha (malas condiciones meteorológicas, enfermedades propias de las plantas, incremento de los salarios), se aseguraba unos ingresos.

Por otra parte, si la cosecha era muy generosa, el productor agrario dejaba de percibir una parte de los ingresos de aquella campaña, y aquí está donde se materializaba el beneficio inmediato de Turull. Generalmente, conseguía grandes partidas de materia prima a precios sin competencia (muy inferiores a la que llegaba de América), que le generaron grandes beneficios. Poco después, se convirtió en uno de los principales compradores de la lana que producían los rebaños de las oligarquías cortesanas castellanas. Animado por su éxito empresarial, creó su propia fábrica textil, a la que bautizó como Vapor Turull (1849) y que emplazó en la calle de la Creueta de Sabadell.