Tal día como hoy del año 1813, hace 212 años, en Épinay-sur-Seine (Francia), moría Marie-Jeanne Bertin, más conocida con el nombre artístico y comercial de Rose Bertin, que había sido la pionera de la alta costura francesa y europea y la introductora de este tipo de creación en Catalunya. Rose Bertin había nacido en 1747 en Abbeville (Picardía-Francia) en una familia formada por Nicolas Bertin, policía de la corona, y Marguerite Méquignon, enfermera. Rose empezó a trabajar de hiladora en una fábrica local, pero con dieciséis años (1763) se fue a París para trabajar en el prestigioso taller de modistería Trait Galant, que vestía a la aristocracia de la capital francesa.
En 1770, con tan solo veintitrés años, abrió su propio negocio, el obrador-tienda de alta costura Ave Grand Mogol, a la rue de Faubourg, que sería un éxito. Bertin impuso un estilo propio, que aclaraba las siluetas (las hacía más ligeras y menos voluminosas), y proponía grandes peinados muy altos (los puf, cubiertos con sombreros imponentes y sofisticados). Al mismo tiempo popularizó la moda campesina (vestidos de muselina y cómodos vestidos de maternidad). Su éxito (su taller pasó a tener más de cien trabajadoras) llamó la atención de los reyes Luis XVI y María Antonieta y se convirtió en la modista de cabecera de la casa real.
Con la proclamación de la Primera República (1793) y el inicio del llamado Régimen del Terror, Rose Bertin tuvo que cerrar, transitoriamente, su negocio. Fue acusada de promover el lujo en Versalles y, amenazada con morir en la guillotina —como sus protectores—, se escapó a Inglaterra. Pasados once años (1804) y con la proclamación del Primer Imperio francés volvió a París y reabrió el obrador-tienda de alta costura. Algunos historiadores sostienen que nunca recuperó el nivel de ventas de la época monárquica; sin embargo, tanto si es que sí como si es que no, lo que es seguro es que se convirtió en la modista de cabecera de destacados personajes del régimen bonapartista.
En 1808, Napoleón adquiría la Corona española y la cedía a su hermano José, pero Catalunya sería separada de aquel lote e incorporada al Primer Imperio francés como una región más. Durante la etapa bonapartista (1808-1814), Catalunya —y especialmente Barcelona— vivió una extraordinaria primavera cultural y económica. Y el aparato político y militar bonapartista establecido en Barcelona (más de 2.500 funcionarios) importaría la alta costura que se confeccionaba en el obrador-tienda parisino de Rose Bertin e inspiraría y promovería la apertura de obradores-tiendas en la capital catalana que serían los introductores de la alta costura francesa en la península Ibérica.