Tal día como hoy del año 1498, hace 521 años, moría en Ávila (Corona castellanoleonesa) Tomás de Torquemada, que había sido el primer jefe de la Inquisición hispánica. Torquemada, nieto de judíos conversos, era un destacado personaje del entorno de Isabel la Católica: entre 1474 y 1498 fue su confesor personal. Pero allí donde destacaría, especialmente, sería en el cargo de primer inquisidor general de la monarquía hispánica. No tan sólo sería el impulsor de una brutal persecución a los disidentes políticos y religiosos del proyecto hispánico, sino que también sería el principal inspirador del Decreto de la Alhambra (1492), el edicto de expulsión de la minoría judía.

Torquemada llegó a sumar los cargos de inquisidor general de las coronas castellanoleonesa y catalanoaragonesa, después de una macabra operación de estado urdida por el entorno de Isabel la Católica. En 1478 la monarquía hispánica había nombrado a Torquemada inquisidor general de Castilla. Y en 1483, Pedro Arbués era creado inquisidor general de Aragón; pero Torquemada se reservaría el cargo de inquisidor general de Catalunya. Un año más tarde, Arbués y su secretario fueron asesinados en extrañas circunstancias, y los Reyes Católicos proveyeron la vacante aragonesa con Torquemada. De esta forma se convertía en inquisidor de la práctica totalidad de los dominios de la monarquía hispánica.

En Catalunya encontró una fuertísima oposición. Las instituciones de Catalunya se negaron a prestarle juramento. Su fulgurante carrera ponía en evidencia el verdadero propósito de la monarquía hispánica: la Inquisición (creada poco después de la coronación de Isabel la Católica) estaba destinada a ser el primer instrumento político unificador. Con el pretexto de la uniformidad religiosa (presentada como lo que tenía que ser el denominador común de los estados hispánicos), la Inquisición persiguió y exterminó a las élites judías y judeoconversas de Barcelona, de València, de Zaragoza y de Palma; y se diezmaron, a propósito, las potentes clases mercantiles de las plazas catalano-aragonesas.