Tal día como hoy del año 1706, hace 315 años, el rey hispánico Felipe V ordenaba el traslado urgente de la corte a Burgos. Aquella medida venía motivada por la inminente entrada del ejercido austriacista en la capital hispánica. El mismo día que el Borbón huía de Madrid, un ejército angloportugués, comandado por Antonio Luis de Sousa —marqués das Minas— entraba en Madrid por el oeste; y un ejército anglocatalán, comandado por Carlos d'Habsburgo, lo hacía por el este. El cuerpo del ejército catalán estaba formado por los Miquelets, unidades de infantería ligera integradas por voluntarios.

Según la historiografía española, el pueblo de Madrid reaccionó con frialdad a la entrada de Carlos d'Habsburgo. En aquel momento, la inmensa mayoría de los cien mil habitantes de la "villa y corte" vivían dedicados al servicio del aparato funcionarial y cortesano del estado; que había huido a la carrera siguiendo a los Borbones, e interpretaron aquel cambio de régimen como una amenaza a su sistema. También la historiografía española relata que en las tabernas de Madrid se produjeron varios enfrentamientos entre paisanos de la ciudad y Miquelets catalanes, que en algunos casos acabaron con muertes.

En el momento en que se produjo la huida de Felipe V, el bando borbónico se encontraba en situación de retroceso. El duque de Marlborough había derrotado, repetidamente a los francoespañoles, y Felipe V ya no conservaba la posesión de ninguna plaza en los Países Bajos. Por otra parte, los austríacos y los piamonteses habían hecho lo mismo en las plazas hispánicas del norte de la península italiana. Y los catalanes habían expulsado a los borbónicos del Principado, habían acogido el desembarco de las tropas austriacistas del Mediterráneo, y habían proclamado a Carlos d'Habsburg o conde de Barcelona.