Tal día como hoy del año 1433, hace 585 años, moría en la mazmorra del castillo de Xàtiva (País Valencià) Jaime de Urgell y de Montferrato, que dos décadas antes le había disputado el trono catalano-aragonés a Fernando de Antequera —futuro Fernando I— primero en el Compromiso de Caspe (1412) y después, habiendo perdido la elección en aquella asamblea, encabezando una revuelta (1413) que acabaría con su derrota, encarcelamiento y incautación de bienes. Jaime de Urgell, nacido en Balaguer (La Noguera) el año 1380, era hijo de Pedro II de Urgell, primo segundo de los condes-reyes Juan I y Martín el Humano, los dos últimos soberanos de la dinastía Bellónida; y a la vez estaba casado con Isabel de Aragón, la hermana más pequeña de los condes-reyes Joan y Martí.

Con la muerte sin descendencia legítima de Martín el Humano (1410), Jaime de Urgell, el hombre más rico de Catalunya y que previamente había sido posicionado por el mismo Martín como heredero de facto, se postuló como el candidato de las clases aristocráticas a catalanas y aragonesas; que pretendían perpetuar el sistema político feudal que consagraba el equilibrio de poderes entre las grandes casas nobiliarias y la corona. En cambio su principal rival, Fernando de Antequera —el hombre más rico de Castilla—, se presentaba como un elemento rompedor que conseguiría atraer a su causa las poderosas clases mercantiles de Barcelona y de València, muy afectadas por la profunda crisis económica que golpeaba el conjunto de Europa.

Entre 1413 y 1424 pasaría por las mazmorras castellanas de Urueña, Mora de Toledo y Madrid. Y hasta 1433 por las de Teruel y Xàtiva, donde acabaría muriendo a los 53 años de edad. Desde un buen comienzo cernió la sospecha de que habría sido asesinado en la prisión. Después del Compromiso de Caspe, las relaciones entre la aristocracia feudal catalana y la corona, lejos de reconducirse se habían deteriorado notablemente. El partido feudal catalán —en una operación legitimista— había conseguido casar a la hija mayor de Jaime con el segundo hijo del rey de Portugal. De aquel matrimonio nacerían Pedro de Portugal —que la Generalitat, controlada por la aristocracia, proclamaría conde de Barcelona en 1464—, y Felipa, que muchas fuentes identifican como la primera esposa de Cristóbal Colón.