Tal día como hoy del año 1540, hace 480 años, moría en Arcetri (ducado independiente de la Toscana) el filósofo e historiador florentino Francesco Guicciardini, que había sido embajador toscano en la corte de la monarquía hispánica (1509-1513). Durante su viaje y estancia escribió un diario —en la lengua de la Toscana— que se publicaría como Relaciones de las Españas, y que —entre otras cosas— describía las ciudades y territorios que visitaba. Según su diario, Guicciardini tuvo ocasión de conocer Catalunya, especialmente las ciudades de Perpinyà, Girona y Barcelona.

En el capítulo referido a Catalunya y a los catalanes, Guicciardini relató: "Tienen la fama de ser orgullosos y bélicos; por supuesto, son hombres iracundos y, aunque en la ciudad se utilizan infinitas ceremonias y reverencias, su naturaleza es intrínseca para ellos". El historiador contemporáneo italiano Matteo Palumbo, que ha examinado la obra de Guicciardini, dice —en relación a Catalunya— que en las anotaciones habituales que afectan al tipo de economía, añade observaciones que hacen referencia a la frecuencia de los hábitos delictivos, favorecidos por la autonomía legislativa particular (el autogobierno).

Pasado casi un siglo, en plena escalada de tensión entre la monarquía hispánica y las instituciones catalanas (1623-1640) —que desembocaría en la Revolución y Guerra de los Segadores (1640-1652)— los grandes propagandistas del régimen hispánico (algunas de las figuras más destacadas de la literatura castellana) se inspirarían en los términos en que Guicciardini describía a los catalanes para fabricar y divulgar la propaganda anticatalana que pretendía justificar la política agresiva de Felipe IV y su ministro plenipotenciario Olivares: la brutal ocupación militar de 1635-1640, y la declaración de guerra de 1640.