Tal día como hoy del año 1628, hace 393 años, moría en València Francesc Ribalta, considerado el mejor pintor catalán de la época barroca. Ribalta, nacido en Solsona el año 1565, se había formado en Barcelona y en San Lorenzo del Escorial (Castilla) y desde 1599 hasta su muerte estuvo establecido en València, donde creó la mayor parte de su obra. Durante la etapa valenciana estuvo muy vinculado al cardenal Ribera (nombrado, también, el Patriarca) y al Colegio del Corpus Christi (el Seminario Archidiocesano de Valencia), el cual, en la actualidad, conserva parte de su obra.

El estilo de Francesc Ribalta se inscribe en el tenebrismo (aplicación radical del claroscuro, de tal forma que únicamente las figuras temáticas centrales destacan iluminadas), y que inspiró la pintura de ideología contrarreformista. Ribalta siempre se manifestó ideológicamente muy próximo a la Contrarreforma católica y la mayor parte de su obra, si bien es cierto que sería por encargo, es de temática religiosa. Además de los óleos sobre lienzo que vistieron las paredes del Colegio del Corpus Chrsti, de la Cartuja de Porta Coeli y de varias iglesias de València, ejecutó el retablo de la parroquia de Algemesí.

Una de sus obras más conocidas es la Última Cena (1604) —de óleo sobre tela— que se expone en el Colegio del Corpus Christi (calle de la Nau, 1, de València). En aquella obra, todos los personajes representantes (Jesús y los apóstoles) están pendientes del pan y del vino (el sacramento de la eucaristía en la liturgia católica), excepto Judas Iscariote, a quien Ribalta representa ajeno a lo que pasa en la mesa. En la Última Cena de Ribalta, Judas Iscariote está girado y busca con la mirada desconfiada los ojos del espectador, como si le quisiera preguntar lo que sabe y lo que no sabe, y lo que quiere decir y lo que no dirá.