Tal día como hoy del año 1640, hace 380 años, el Dietario de la Generalitat consignaba la recepción de una misiva oficial firmada por el rey hispánico Felipe IV en la que justificaba la actitud violenta de la soldadesca hispánica contra la población civil catalana, atribuía aquella brutal oleada de violencia a una mala e interesada interpretación de sus órdenes por parte de los diputados y del pueblo catalanes. Pocas semanas antes, la Generalitat había enviado una protesta formal al rey hispánico por la conducta de estos soldados en Cardedeu y en Sant Pere de Vilamajor (Vallès Oriental), que habían saqueado y apaleado a la población civil, y habían apuñalado mortalmente al rector parroquial.

En aquel momento, todavía no había estallado la Revolución de los Segadores (1640-1652), pero el rey hispánico ―en conflicto con la monarquía francesa― se despachaba diciendo: “Este yerro (que spero le havréys reconozido) tiene el remedio y la emmienda en la execución de mis órdenes, y pues havéis visto las que son en lo que os he madado escribir en 28 del pasado y que mi voluntad precisa es que se cumplan, os encargo y mando que lo hagáis assí, encaminando y disponiendo que se hagan los alojamietos en la forma que os he mandado y os dirá el conde de Santa Coloma, mi lugarteniente y capitán general de essa provincia, pues se mantiene el exército para la defensa y seguridad della”.

También, en aquel momento, Olivares (ministro plenipotenciario de la monarquía hispánica) tenía establecidos 40.000 Tercios en Catalunya (el equivalente al 10% de la población del país). En la misiva de Felipe IV se decía: “He entendido en que se presupone (por parte de la Generalitat) que la obligación de la provincia (referido a Catalunya) es solamente  (...) dar a los soldados hospedage, lumbre, sal, agua, binagre, cama, mesa y servicio (...) Y de oponeros a esta resolución havrá  (...) el obrar (...) para mi servicio he de dar lugar a lo contrario y a que interpretaciones vanas de contribuciones estorven lo que conviene”.