Tal día como hoy del año 1456, hace 564 años, se celebraba la primera Diada de Sant Jordi como fiesta general en todo el Principat de Catalunya y de los condados del Rosselló y la Cerdanya. La institución de esta fiesta con carácter general era fruto de un acuerdo tomado por las Cortes catalanas y publicada el día 17 de abril del mismo año. El Dietario de la Generalitat consigna que: “Aquest die fonch feta crida pública per la ciutat de Barchinona que la festa de sent Jordi fos colta generalment per tothom, com la Cort General del principat de Cathalunya, qui de present se celebre en la claustra de la Seu de la dita ciutat, ne hagués feta novament constitució”.

La figura de san Jorge tenía un profundo arraigo en Catalunya desde que la casa condal de Barcelona lo había proclamado patrón, durante la época de los condados carolingios catalanes (siglos IX y X). Este hecho, sin embargo, no era exclusivo de Catalunya, sino que durante la misma época san Jorge fue proclamado patrón de la república de Génova; de los principados del Palatinado, de Milán y de Koblenz; del dominio de Cerdeña; de los reinos de Inglaterra, de Aragón y de Georgia; y del Imperio Romano de Oriente (Constantinopla). Hasta 1714, la cruz de San Jorge (una cruz roja sobre fondo blanco) fue el escudo del gobierno de Catalunya.

La proclamación de la Diada de Sant Jordi como festividad de carácter general, coincidió con una época de fuerte convulsión social y económica. Poco antes (14 de enero de 1455), el conde-rey Alfonso IV (llamado el Magnánimo) había hecho pública una sentencia interlocutoria que anulaba los malos usos (las cargas personales y fiscales que pesaban sobre el campesinado de remensa); y que meses después dejaría en suspenso. En aquel contexto de crisis y de conflictividad, las Cortes catalanas, controladas por el estamento oligárquico, habrían instituido aquella fiesta (la sublimación de la figura de un caballero), como una forma de proselitismo de la orden y de la ideología del poder tradicionales.