Tal día como hoy del año 1503, hace 519 años, en Alcalá de Henares (Corona castellano-leonesa), los Reyes Católicos firmaban el decreto de creación de la Casa de Contratación, que, inicialmente, se situaría en Sevilla. Según su reglamento fundacional, la Casa de Contratación, de titularidad real, pasaba a tener el control absoluto sobre el tráfico de personas y mercancías entre los reinos de la monarquía católica y el Nuevo Mundo, y al revés. Cuando se decretó la creación de la Casa de Contratación, la corona hispánica ya tenía el monopolio del tráfico americano desde que el año 1500 Fernando e Isabel habían obligado a los Colón a renunciar a las Capitulaciones de Santa Fe (1492).

Con la puesta en marcha de la Casa de Contratación, todos los mercaderes-armadores hispánicos que hacían la "carrera de Indias" quedaron sometidos al reglamento de la institución y a las arbitrariedades de sus elementos directivos (el factor, el tesorero, el contador y los oficiales; siempre castellanos, nombrados directamente por la cancillería real, y próximos ideológicamente a los reyes). Las clases mercantiles de Sevilla, de Cádiz y de Sanlúcar —mayoritariamente de origen forastero (catalanes, genoveses, venecianos, portugueses, neerlandeses, franceses, ingleses o napolitanos)— se vieron obligadas a concertar matrimonios con las familias aristocráticas andaluzas, con el objetivo de acercarse a los reyes hispánicos.

En este sentido, encontramos a algunas poderosas familias de origen catalán establecidas en Sevilla (como los Font, los Desclergue o los Forcadell), que asumieron este camino como una necesidad. Y, en el transcurso de dos o tres generaciones, se disolvieron entre las estirpes nobiliarias castellanas radicadas en la Baja Andalucía. Pero, en cambio, otro grupo (como los Cordell, los Argall o los Gorgas) no aceptó aquel "cuello de embudo" impuesto por la monarquía hispánica. En el transcurso de las décadas inmediatamente posteriores (primera mitad del siglo XVI), emigraron a Inglaterra y fueron los impulsores de las primeras grandes compañías de comercio inglesas, y tuvieron un papel protagonista en las primeras iniciativas inglesas de colonización de Norteamérica.