Tal día como hoy del año 1711, hace 309 años, moría en Viena José I, archiduque independiente de Austria, rey de Hungría, de Croacia y de Bohemia, emperador electo del Sacro Imperio Romano Germánico (un conglomerado de principados alemanes independientes) y principal aliado de su hermano pequeño Carlos de Habsburgo en la Guerra de Sucesión hispánica (1701-1715). José murió, inesperadamente, a los 33 años de edad, oficialmente, a causa de una viruela; y sin descendencia masculina. La ley sálica que imperaba en sus dominios (que impedía heredar y coronar a una mujer) forzó el nombramiento de Carlos de Habsburgo,

Carlos se fue hacia Viena (27 de septiembre de 1711) dejando en Barcelona a su esposa, la princesa Elisabet, como condesa regente. A partir de aquel momento, las potencias de la alianza internacional que apoyaban su causa (Gran Bretaña, Países Bajos, Portugal y Saboya) decidieron buscar una salida pactada al conflicto. El principal argumento de estos aliados (1701) había sido impedir un eje borbónico París-Madrid (Luis XIV-Felipe V) que rompía el equilibrio de Europa. Y con el nombramiento de Carlos temían una reedición del eje Viena-Madrid (de la época de Carlos de Gante, 1518) que era tan desequilibrante como el primero.

En Catalunya, el nombramiento de Carlos fue inicialmente interpretado como un buen augurio: las anotaciones del Dietario de la Generalitat de los días y semanas inmediatamente posteriores delatan que las autoridades catalanas veían la posición internacional del conde de Barcelona muy reforzada, y nada aventuraba el contrario. En una misiva oficial enviada por la reina Ana de Inglaterra en julio de 1711 se dice que siente “gran estimació de que la nació cathalana se hagués singularisat y esmerat tant en servey y obediència del senyor Carles tercer”. Pero, en cambio, el gobierno conservador de Londres (en el poder desde 1710), iniciaba conversaciones secretas de paz con el Borbón francés Luis XIV.