Tal día como hoy del año 1346, hace 674 años, el navegante mallorquín Jaume Ferrer salía de las islas Canarias en dirección a la, entonces, desconocida costa nordoccidental africana. En el Atlas Catalán de Abrahán Crezcas (1375) esta hazaña está citada con el dibujo de un barco (una coca de vela latina), tripulada por mercaderes y que enarbola la bandera catalana, situada delante de las costas norteafricanas del actual Sáhara Occidental. Aquella ilustración se acompaña con la cita  “Partich l’uxer d’en Jacme Ferrer per anar al Riu de l'Or al jorn de sen Lorens, qui és a ·X· de agost, e fo de l’any ·M·CCC·XLVI”.

Jaume Ferrer era un experimentado navegante mallorquín que conocía bien las costas atlánticas europeas y norteafricanas. Se tiene noticia que, tres años antes (1343), había circunvalado la península Ibérica, y surcando en mar abierto había llegado al puerto de Brujas (en la actual Bélgica). En cambio, exceptuando la ilustración y la cita que figuran en el Atlas Catalán, no se tiene ninguna otra constancia documental que Ferrer alcanzara el territorio de Riu d'Or. No obstante, lo que sí resulta evidente es que, en aquel viaje, Ferrer sería uno de los primeros europeos modernos en tocar las islas Canarias.

Desde principios del siglo XIV, los europeos se habían lanzado a la exploración y colonización de las costas nordoccidentales africanas, en busca de oro y de esclavos. Durante aquel siglo, varias expediciones europeas desembarcaron en las Canarias, y tomaron posesión más nominalmente que efectivamente. En 1312, una expedición genovesa comandada por Lancelloto Malocello se estableció en la isla de Lanzarote. Y en 1350, cuatro años después del viaje de Jaume Ferrer a Riu d'Or, otra expedición mallorquina, comandada por Francesc Desvaler intentaría la conquista de las islas en nombre del conde-rey Pedro III.