Tal día como hoy del año 1968, hace 57 años, en Santa Isabel (capital de Guinea Ecuatorial y actualmente Malabo), se oficializaba la independencia de aquella colonia española. Aquel acto estuvo encabezado por el presidente electo Francisco Macías Nguema —que había ganado los primeros comicios de la historia del país, celebrados pocas semanas antes— y por el ministro de Información y Turismo del régimen dictatorial franquista español, Manuel Fraga Iribarne. Previamente, aquel proceso político había sido sometido a consulta popular. El 11 de agosto de 1968, el régimen dictatorial franquista había organizado un referéndum bajo la supervisión de la ONU. En aquella consulta, un 64,32% de los votantes habían apoyado la independencia.
Guinea Ecuatorial había estado bajo dominación española durante 191 años (1777-1968). Desde el siglo XVI, pertenecía al imperio colonial portugués, pero en 1777 se firmó el Tratado de San Ildefonso —entre las cancillerías de Lisboa y de Madrid— para abordar el reconocimiento español de la independencia de Portugal, que ya se había producido en 1640. Sin embargo, aquel dominio no se haría efectivo hasta seis décadas después. En 1845, el Gobierno liberal de Isabel II publicó una real orden por la que se facilitaba el paso y el establecimiento en Guinea Ecuatorial de todos los negros y mulatos libres de Cuba. El fracaso de aquella iniciativa conduciría a los españoles a secuestrar a un grupo de 260 negros cubanos para trasladarlos —a la fuerza— a Guinea Ecuatorial.
Sin embargo, no sería hasta bien entrado el siglo XX —en 1926— que el Gobierno iniciaría una primera y tímida colonización del territorio, basada en la extracción de recursos minerales y la explotación de recursos forestales y agrícolas. Los españoles nunca fueron más que una pequeña minoría, pero la que poseería el poder político y económico. Aun así, el régimen de Franco nunca se planteó descolonizar el territorio. No sería hasta después de la Segunda Guerra Mundial (1945) que la ONU presionaría al régimen franquista español para poner en marcha un proceso de descolonización. Con la proclamación de la independencia (1968), el régimen franquista repatriaría a la escasa comunidad española de la colonia.