Tal día como hoy del año 1714, hace 310 años, y en el contexto de la última fase del conflicto sucesorio hispánico (1701-1714/15), denominada Guerra de los Catalanes (1713-1714/15), las tropas borbónicas francoespañolas que asediaban la ciudad de Barcelona desde hacía más de un año (25 de julio de 1713), iniciaban un ataque masivo contra las siete brechas de la muralla que, durante las semanas anteriores, habían abierto con la artillería. Sobre las cuatro y media de la mañana, las tropas francoespañolas penetraban en el interior de la ciudad y, durante esa jornada, la ciudad de Barcelona se convirtió en el principal teatro de guerra del conflicto sucesorio hispánico.
Las tropas ocupantes francoespañolas y las tropas defensoras catalanas combatieron plaza a plaza, calle a calle y casa a casa. Los principales combates se produjeron en el convento de Sant Agustí (actualmente Arxiu Fotogràfic de Barcelona y Museu de la Xocolata), donde el coronel Pau de Thoar, al frente del Regiment de la Immaculada Concepció, frenó, durante horas, el avance francoespañol. También se produjeron durísimos combates en las barricadas del antiguo Palau Reial Menor, en la calle de los Templers, donde el coronel Joan Baptista Basset, al frente de la Coronela de Barcelona, impidió que los francoespañoles llegaran a la plaza de Sant Jaume.
El cronista borbónico Vicente Bacallar dejó escrito que en el primer asalto contra las brechas de la muralla “todos, españoles y franceses, montaron la brecha (...) más padecieron los franceses porque atacaron lo más difícil”. Sobre el ataque al convento de Sant Agustí: “los españoles (...) viendo que habían retrocedido los franceses, también ellos se retiraron a la brecha, todos empezaban nueva acción”. I sobre los combates en las calles de Barcelona “Cargados los catalanes de esforzada muchedumbre de tropas, iban perdiendo terreno. Los españoles cogieron la artillería que tenían plantada en las esquinas de las calles y la dirigieron contra ellos”.
Al final de esa jornada, el control de la ciudad estaba dividido entre ocupantes y defensores. Durante esos combates, los ocupantes francoespañoles habrían tenido unas 10.000 bajas y los defensores catalanes unas 5.000. Hasta el día siguiente, 12 de septiembre, no empezarían las negociaciones de capitulación. El ejército borbónico francoespañol no logró el dominio de la ciudad hasta el 13 de septiembre. En esas capitulaciones, el duque de Berwick, comandante en jefe del ejército de ocupación, habría garantizado la vida y la libertad de todos los combatientes. Pero pocos días después, Felipe V ordenaba la detención y el encarcelamiento de los jefes militares de la resistencia catalana.