Tal día como hoy del año 1877, hace 146 años, entraba en funcionamiento el primer tranvía de vapor de Catalunya. Aquella iniciativa sustituía una línea ya existente de un tranvía que se desplazaba con tracción animal (caballos), y fue promovida por el empresario metalúrgico de origen francés Aleix Soujol, establecido en Barcelona desde 1852, con taller en la calle Arc del Teatre, 60. La primera línea de tranvía de vapor —que la sociedad barcelonesa de la época llamó popularmente "tranvía de fuego"—, cubría un trayecto de seis kilómetros entre los municipios de Barcelona (Saló de Sant Joan, sobre el solar donde luego se edificaría el Arc de Triomf) y Sant Andreu del Palomar (calle Gran esquina con calle Abat Odó).

Los vagones de aquel tranvía, fabricados, inicialmente, en Inglaterra, y, posteriormente, en la factoría de la Maquinista Terrestre y Marítima, tenían una capacidad para treinta personas sentadas. Según el historiador Joan Pallarés-Personat, que ha investigado aquel fenómeno, "el tranvía representó una gran mejora para los vecinos de Sant Andreu, de la Sagrera y del Clot (...) por qué permitiría una conexión directa con la ciudad (...) puso Sant Andreu en el mapa". Además, aquel tranvía impulsó la transformación de amplias zonas agrarias de los municipios de Sant Andreu y de Sant Martí, como el barrio de Masades —en el actual distrito de la Sagrera— que nació por efecto de la urbanización de la línea del tranvía.

Los talleres de reparación y las cocheras se emplazaron en la antigua fábrica de Can Balcells, que estaba situada sobre el solar donde, actualmente, está el centro cívico de Sant Andreu. El "tranvía de fuego", después de circular durante un cuarto de siglo, desapareció en 1902, cuando se electrificaron las líneas de tranvía de Barcelona.