Tal día como hoy del año 1137, hace 884 años, en Ayerbe (reino de Aragón), el rey Ramiro de Aragón (último monarca de la estirpe Ximeno en el trono de Zaragoza) firmaba un documento denominado la Confirmación de Ayerbe, donde reconocía que no podía hacer ninguna donación del patrimonio real aragonés sin la autorización de su futuro yerno a Ramón Berenguer IV, conde independiente de Barcelona. Este documento se firmó en el contexto de las negociaciones y pacto de la unión dinástica entre Aragón y Barcelona. Aunque todavía faltaban trece años para la mayoría de edad de Petronila (la hija y heredera de Ramiro), y por lo tanto para consumar el matrimonio con Ramón Berenguer IV que tenía que sellar aquella unión dinástica, aquel documento confirmaba al conde independiente de Barcelona como gobernante efectivo de Aragón.

Aquel documento se firmó en un contexto muy singular. Castilla y Navarra, conscientes de la debilidad y de la división de las oligarquías aragonesas, habían iniciado la invasión del reino. En aquel estado de cosas, aquellas oligarquías forzaron Ramiro a pactar un acuerdo con el Casal de Barcelona que se tenía que traducir en una unión dinástica: dos dominios independientes que únicamente compartirían la figura del soberano (que actuaría como conde independiente u Hombre Principal en Catalunya; y como rey en Aragón). No obstante, la arquitectura patriarcal de la sociedad de la época y la presión amenazadora de navarros y castellanos las obligaría a anticipar en el tiempo los pactos suscritos. Ramón Berenguer IV, que no tenía ningún parentesco con Ramiro, se convertiría en el primer Belónida que gobernaría Aragón.