Tal día como hoy del año 1931, hace 92 años, se celebraban los primeros comicios desde el golpe de estado del general Primo de Rivera —con el entusiástico apoyo del rey Alfonso XII— (1923) que había puesto fin a medio siglo de régimen democrático. Aquellas elecciones, convocadas para elegir los gobiernos municipales y provinciales, habían sido planteadas como un primer paso para devolver, gradualmente, el estado español hacia un régimen de libertades. Pero el fuerte descrédito que sufría el régimen dictatorial —tanto a nivel interno como internacional— convirtió aquellos comicios en una especie de elecciones plebiscitarias contra la monarquía que le había dado apoyo.

En Catalunya, el gran ganador fue la plataforma Esquerra Republicana de Catalunya, creada tan solo unas semanas antes. ERC, que agrupaba a los partidos independentistas Estat Català —liderado por Francesc Macià— y Grup d'Opinió —liderado por Joan Lluhí i Vallescà—, y los partidos federalistas Partit Republicà Català —liderado por Lluís Companys— y Joventut Republicana de Lleida —liderada por Humbert Torres—, se impuso en doce de las treinta y seis cabezas de partido judicial: Barcelona, Vilanova i la Geltrú, Sant Feliu de Llobregat, El Vendrell, Valls, Reus, Montblanc, Cervera, Les Borges Blanques, Lleida, Girona y Figueres.

La plataforma ERC, liderada por Francesc Macià, se convirtió en el nuevo partido hegemónico en Catalunya y relevaba de esta condición a la Lliga Regionalista, que lo había sido desde las elecciones generales de 1907 hasta el golpe de estado de 1923. La participación de algunos dirigentes de la Lliga en el golpe de estado, y el beneficio que a título particular y empresarial obtuvieron durante el régimen dictatorial, desacreditó profundamente el histórico partido, que en aquellos comicios solo ganó en tres de las treinta y seis cabezas de partido judicial: Mataró, Terrassa e Igualada; y solo en una ciudad de más de 10.000 habitantes: L'Hospitalet de Llobregat.