Tal día como hoy del año 1429, hace 596 años, en Reims (capital eclesiástica de Francia), el cardenal primado Renald de Chartres, coronaba a Carlos de Valois, que reinaría como Carlos VII. El nuevo rey era hijo del rey Carlos VI, llamado "el Loco", debido a su enfermedad mental. Carlos VI había muerto siete años antes, pero durante el intervalo de tiempo entre la desaparición del viejo rey y la coronación del nuevo monarca (1422-1429), buena parte del territorio francés había sido invadido y saqueado por el eje "inglés" (Plantagenet-Borgoña) en la guerra de los Cien Años (1337-1453), y el delfín (el heredero del rey) había permanecido oculto en el castillo de Anjou, defendido por su pariente Violante de Aragón.

Violante era la primogénita de Juan I de Catalunya-Aragón (el penúltimo rey Bellónida) y de su segunda esposa, Violante de Bar, y no consiguió suceder ni a su padre (1397), ni a su tío Martín I (1410), debido a la ley no escrita que imperaba en la cancillería de Barcelona y que impedía a una mujer ser reina-titular por su condición de género. Violante fue casada con Luis de Anjou, conde dependiente de Provenza, y a la muerte de su marido se retiró a los estados Anjou, en el valle del río Loira (1417). A partir de ese momento, se convertiría en una pieza fundamental del eje "francés" (Valois-Anjou-Armañac) en la guerra de los Cien Años.

Durante el interregno (1422-1429) que estuvo a punto de terminar con la desaparición de Francia, Violante preparó al delfín Carlos para convertirse en el rey que la monarquía francesa necesitaba (lejos de los episodios de locura de su padre), y a partir de una adolescente anónima que tenía cierto pensamiento místico, creó el mito de Juana de Arco para invertir la moral de derrota que atenazaba al ejército francés. Carlos VII invertiría el signo de esa guerra y el eje "francés" Valois-Anjou-Armañac recuperaría la iniciativa hasta ganar el conflicto. Carlos VII, el protegido de la catalana Violante, sería apodado "el Victorioso".