Las nuevas tecnologías tienen eso, se puede estar de vacaciones en Lanzarote y colgar un vídeo en las redes sociales que acaba resultando tan efectista como una comparecencia de prensa. Si el sábado fue Carles Puigdemont el que utilizó su cuenta de Twitter para dejar claro que no iba a aceptar chantajes políticos a la hora de decidir el voto de Junts en el Congreso de los Diputados, este lunes ha sido Pedro Sánchez el que se ha servido de la misma red social para lanzarle un mensaje directo al president en el exilio: "Toca ahora traducir la mayoría social en una mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados y es lo que vamos a hacer. Trabajar para lograr una investidura".

Pues si realmente es así, las líneas de teléfono las va a encontrar abiertas Pedro Sánchez, ya que el president Puigdemont está a la espera de que el presidente del Gobierno traduzca en hechos sus palabras. Porque en juego está no solo su investidura, sino la confección de la Mesa del Congreso, incluido la presidencia de la cámara baja. Aunque los socialistas ya han trasladado a los dos grupos independentistas catalanes que están dispuestos a facilitarles que tengan grupo parlamentario aunque no les tocaría por no reunir las condiciones del Reglamento de la cámara, esto no resuelve definitivamente el tema de la presidencia.

Esta condición la pagaría con gusto el PP si se asegurara la presidencia de la cámara. El tema del grupo parlamentario no es baladí ya que ayudaría sobre todo a Junts a salir de las dificultades económicas que padece. Estamos hablando de una cantidad relevante —1,3 millones de euros— que el Estado solo paga a un partido político si tiene grupo parlamentario. Una abstención de Junts dejaría al PP más cerca de la presidencia del Congreso y esta es una pieza clave a la hora de ir fijando el calendario de la investidura y mucho más si la legislatura acaba teniendo vida, algo que hoy por hoy no es seguro.

También podría pasar, y esto sí que sería un giro copernicano respecto a las diferentes legislaturas que ha habido desde 1977, que la presidencia del Congreso fuera a parar a un diputado o diputada que no fuera ni del PP ni del PSOE. Sería una manera de que se visualizara una foto diferente. Junts podría llegar a avalar esta fórmula que le daría relevancia ante el resto de partidos de la periferia y que, probablemente, dejaría al PNV como el grupo político con mayores opciones para ocupar el tercer cargo institucional del Estado. Es, ciertamente, una partida nada sencilla, pero la que mejor respondería a la situación actual, en la que ni el PSOE ni el PP tienen a su alrededor mayorías definitivas.

O, como señala un perfecto conocedor de los entresijos del día a día político, la mejor manera de que nadie diera nada por definitivo de cara a la investidura. En este caso, y a diferencia de la investidura, el reloj sí que está en movimiento, ya que el Congreso se constituye el jueves 17 de agosto, día de duelo en Catalunya, pues se cumplirán siete años de los atentados yihadistas de la Rambla de Barcelona y Cambrils.