El recuento del voto extranjero que ha hecho perder un escaño al PSOE (121) y ganar uno al PP (137) ha situado a Junts per Catalunya todavía más en el centro de una posible investidura. Ahora ya no vale una abstención para hacer presidente a Pedro Sánchez, los socialistas necesitan 2 votos a favor de Junts. Ante esta situación, el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, ha hecho una reflexión donde afirma que "quien crea que ejerciendo presión o practicando directamente el chantaje político obtendrá algún beneficio táctico, se puede ahorrar el esfuerzo". Puigdemont clarifica así que no se verá afectado por posibles intentos de chantaje desde Madrid, y afirma que desde que está en el exilio ya ha sido objeto de "campañas de difamación vergonzosas, de artículos vomitivos sobre mí y sobre mi familia." Con estas palabras, publicadas en su cuenta de Twitter y acompañadas de una larga reflexión de la situación y la posición de Junts ante una posible negociación con el PSOE, clarifica que el foco se tiene que poner en el "conflicto político, muy serio y profundo. No en las personas, sino en el país".

"Si hace seis días el resultado provisional ya nos situó en el centro de la conversación y de las especulaciones, con los resultados definitivos en las manos la posición todavía ha quedado más contrastada: o Junts vota que sí, o el PSOE acaba facilitando la investidura de Feijóo (o la del candidato que los Populares propongan), o vamos a la repetición de las elecciones. No ha pasado suficiente tiempo para saber qué acabarán haciendo los dos grandes partidos españoles — el que ha perdido ganando, y el que ha ganado perdiendo. En circunstancias similares, prefirieron repetir las elecciones. Por lo tanto, hay que mantener la calma", afirma Puigdemont.

Seguidamente, pone especial énfasis en la idea de que no le podrán hacer ningún chantaje político. El presidente en el exilio enumera una larga lista de rumores, noticias falsas y mentiras intencionadas que se han dicho sobre su persona desde que se marchó al exilio. "He recibido amenazas cada semana, he sido objeto de campañas de difamación vergonzosas, de artículos vomitivos sobre mí y sobre mi familia, de dosieres policiales debidamente filtrados involucrándome en tramas delirantes. (...) Me han comparado, en artículos en diarios serios, con aquel miserable piloto de Germanwings que estrelló deliberadamente el avión en los Alpes", son algunos de los ejemplos que pone Puigdemont. "Lo explica para que haya quien se pueda hacer una ligera idea de qué efecto me puede causar, que digan que si Junts no vota a Pedro Sánchez me caerá el mundo encima y vagaré como un alma sin pena", remarca Puigdemont, destacando que para él, no votar a Sánchez no supone ningún mal mayor.

"Hay que enfocar el conflicto Catalunya-Espanya"

"La Luna es un conflicto político muy serio y profundo, y es aquí donde hay que poner el foco. No en las personas, sino en el país", reza la reflexión. Unas palabras con las cuales Puigdemont también quita peso a la decisión, afirmando que "tener la clave es circunstancial. Un día la tienes y el día siguiente no, y no lo podemos perder nunca de vista". El presidente en el exilio también afirma que hasta que "no recuperen el párrafo perdido en este conflicto (aquello de las "diversas vicisitudes" de que hablaba hace un par de días), no entenderán nada y no estarán en condiciones de tener una conversación provechosa", haciendo referencia a la posición de las fuerzas españolas, en este caso el PSOE, con respecto a Catalunya. "Todo lo que podrán aspirar es a apedazar legislaturas, y avanzar rutinariamente por el camino del agua. Como la vaca ciega", concluye la reflexión.

Así queda el reparto de escaños: 172 el bloque de derechas y 171 la coalición del PSOE sin Junts

El recuento del voto extranjero (CERA) ha hecho bailar escaños. Concretamente, un escaño de Madrid que era del PSOE ha pasado a manos del PP, alterando el panorama postelectoral y los posibles pactos y coaliciones que harán falta para llegar a una investidura exitosa. El PP ha arrebatado un diputado al PSOE, de manera que el número de escaños total queda en 137 y 121 respectivamente. El cambio de bloque de este escaño modifica las mayorías en el Congreso y complica la investidura del presidente en funciones español, Pedro Sánchez. Mientras que hasta ahora tenía bastante con una abstención de Junts per Catalunya, ahora necesitará el 'sí' de la formación.

El bloque de la derecha, que incluye PP, Vox, UPN y Coalición Canaria, pasa a sumar 172 escaños, mientras que el bloque progresista, formado por PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG, pasa a 171 diputados. De esta forma, la abstención de Junts ya no es suficiente, porque los votos en contra de la derecha harían caer la investidura de Sánchez. La única opción para el líder socialista, pues, es conseguir, al menos, el voto favorable de un diputado de Junts y la abstención de los otros seis. Sin embargo, lo más probable es que la formación independentista vote en bloque en un mismo sentido, de manera que todos tendrían que votar 'sí'.