En las relaciones entre Catalunya y España las elecciones del próximo domingo son como la segunda vuelta de las del 21 de diciembre de 2017. En aquella ocasión, el independentismo ganó contra pronóstico y el cava que estaba preparado para la primera victoria unionista se quedó en el congelador. Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera, Miquel Iceta, Inés Arrimadas y Xavier García Albiol se estrellaron ante la resiliencia del independentismo, que se sobrepuso al 155 y a la suspensión de la autonomía catalana y acudió a votar en unas condiciones difíciles y de represión. Arrimadas tuvo una victoria pírrica, insignificante al lado de la mayoría absoluta en el Parlament de Junts, Esquerra y CUP. Este domingo se juega si se quiere ver así el partido de vuelta y, como en todas las finales, solo vale ganar.

Hay conciencia en Catalunya entre el espacio independentista de que una victoria no debería ser gestionada como estos últimos tres años en que los partidos no han sabido salir del bucle en el que estaban atrapados. Y también se percibe por primera vez en Madrid que una victoria independentista puede acabar dejando en papel mojado el tema de los indultos, que socialistas y comunes se han abierto aparentemente a negociar, para situar encima de la mesa el tema de la amnistía que lidera Òmnium Cultural. 

La encuesta que hemos publicado este domingo en El Nacional.cat y que es la segunda parte de la que avanzamos el sábado, refleja claramente que la amnistía es, con mucha diferencia, la opción preferida de los catalanes (un 43,7% así lo manifiestan) para abordar la situación de los líderes independentistas presos o exiliados, mientras un 27,6% se pronuncian por el indulto. Por encima del 70%, la amnistía es la primera opción de CUP, Esquerra y Junts pero también la aplicarían por encima del 30% de los votantes de En Comú Podem y el PSC. Los comunes y los socialistas prefieren en su mayoría el indulto, una fórmula individualizada pero que no soluciona el problema de fondo.

Cómo quede el 14 de febrero y la fuerza de unos y de otros obligará a repensar el no a la amnistía que hay actualmente en el gobierno español. La historia demuestra que solo se abrirá una ventana de oportunidad si antes los electores independentistas se movilizan por encima de desánimos, frustraciones y pandemia. Las movilizaciones permanentes de estos años por el retorno de los exiliados y la libertad de los presos no pueden quedar en el olvido, ni formar parte de la historia, antes de hora. Justo en el momento más importante desde las elecciones de 2017.