Por lo que parece, este domingo llega un temporal de viento huracanado en la mayoría de las comarcas catalanas. No es, sin embargo, el único vendaval a la vista si dejamos de lado los partes metereológicos y hacemos caso de los partes de incidencias políticas para las próximas horas y que han llevado, según fuentes oficiales, incluso a alterar sustancialmente el programa del rey Felipe VI para su visita a Barcelona del lunes y la entrega de premios de la Fundación Princesa de Girona el día 4 a las 18 horas. Quieren evitar así los diferentes actos de boicot a la monarquía convocados para este lunes en la capital catalana.

Así, la familia real avanzará 24 horas su traslado a Barcelona y, en vez de hospedarse en el Palacete Albeniz, su residencia oficial, lo hará, según se ha anunciado oficiosamente, en el hotel Juan Carlos I, a escasos metros del Palau de Congressos. El objetivo no es otro que asegurar la celebración del acto y garantizar que cualquier boicot está condenado al fracaso. De los nervios de que la entrega de premios pudiera ser suspendida da cuenta este sábado el cronista oficial José Antonio Zarzalejos. El ex director de ABC apremia a garantizar su celebración "cueste lo que cueste", ya que la hipótesis de suspender la visita y la entrega de premios "resultaría un fracaso catastrófico del Estado, que entraría en barrena". Y recuerda a George Gordon Byron, sexto lord Byron, destacada figura de la poesía romántica inglesa, en una de sus célebres frases: "Apenas son suficientes mil años para formar un estado, pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo".

En cualquier caso, se traslade este domingo a Barcelona, como se insiste, o se recupere el programa inicial, es obvio que la visita se encuentra inmersa en unas circunstancias especiales. Va a costar de explicar mucho la primera hipótesis, ya que transmite una situación de excepcionalidad y de hostilidad al jefe del Estado pero también de espanto por parte de la Casa Real. Las diferentes convocatorias de rechazo, empezando por la de los CDR a una cacerolada a las 20:30 horas delante del hotel, remarcarán una situación de desencuentro con una parte importante de la sociedad catalana. No es solo el independentismo -cuyos representantes institucionales estarán ausentes del acto- el que hoy rechaza la actitud de la monarquía con el tema catalán. La dimensión social del rechazo es el principal talón de Aquiles de un Rey que, queriendo ganar aplausos fáciles en España, ha perdido, quizás irremediablemente, a Catalunya.