El tiempo empieza a correr y, si no cambian las cosas, en diciembre de este año Nissan cerrará definitivamente sus plantas en Catalunya y, por lo tanto, en toda España. Los sindicatos y las administraciones catalanas y españolas se sienten traicionados por la multinacional japonesa y hoy, en una rueda de prensa telemática, el sindicato UGT ha señalado que las administraciones "tienen parte de culpa". Además, consideran que "no hay ningún plan B para Nissan fuera de la alianza" Nissan-Renault-Mitsubishi, ya que "un plan B no sería una alternativa sino una chapuza". Así lo han aseverado tanto el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, como el de UGT Catalunya, Camil Ros.

Ni las administraciones ni los sindicatos se resignan a aceptar la decisión que Nissan comunicó hace unas semanas por videoconferencia en el Gobierno, y ya han repetido varias veces que consideran que "es una traición" y una "deslealtad". Con todo, desde UGT, aseveran que "ya veníamos avisando de hace tiempo de que todas nuestras administraciones se tenían que aliar para no perder el tren de la competitividad y de la industria, pero al no hacer caso de esta demanda de hacer políticas industriales, ahora nos encontramos con eso de Nissan", aseveran culpando a los gobiernos.

"Consideramos que las administraciones tienen una parte muy importante de culpa sobre todo lo que está pasando y por eso exigimos a que nos ayuden a hacer que no se pierda más competitividad" y con eso "queremos decir que Nissan Catalunya y Nissan España siga siendo un proyecto real. Para conseguir eso necesitamos que las administraciones hablen entre ellas y tomen decisiones reales", aseguran desde el sindicato.

La "traición" de Nissan

Álvarez ha aseverado que "estamos ante una multinacional que toma esta decisión a traición, y encima nos lo comunican telemáticamente y sin tener en cuenta lo que tienen que decir los empleados. Las administraciones se están solidarizando con los trabajadores cosa que está muy bien, pero necesitamos alguna cosa más, solicitamos una alternativa para mantener los puestos de trabajo y a las administraciones les exigimos que cumplan con sus obligaciones", ha subrayado.

Además, tanto Álvarez como Ros han sostenido que la decisión de Nissan de cerrar las plantas catalanas se hace a traición también porque llega en medio de la pandemia del coronavirus: "La empresa tiene que ser consciente de que eso hace que su decisión todavía sea mucho más dolorosa e inhumana".

Por último, los trabajadores también se han quejado de que "oficialmente", los proveedores de Nissan "todavía no han recibido la noticia del cierre".