"Afecta a todo el mundo". Así de contundente se ha mostrado el director general de Turisme de Barcelona, Jordi William Carnes, en declaraciones a El Nacional ante el caos más absoluto del aeropuerto del Prat fruto de las nuevas medidas en el control de pasaportes. Carnes ha anticipado que el impacto de las colas no se centra únicamente en el turismo, sino también en "la dinámica económica del territorio" ya que considera que la infraestructura aeroportuaria de Barcelona tiene "un impacto global". Lo avalan unas cifras récord de 44,2 millones de pasajeros, un 11,2% más, durante el 2016. Todavía más, los vuelos intercontinentales (grandes dimensiones y más allá de Europa) han crecido un 10% durante el primer trimestre del 2017 y se esperan 20 nuevas rutas intercontinentales para este verano.

Aunque las colas y el control de pasaportes es una situación cada vez más recurrente en muchos aeropuertos internacionales a causa de las medidas de seguridad antiterroristas, Carnes reconoce que "hasta ahora no habíamos tenido este tipo de problemas". Precisamente por ello, no duda en señalar la poca información del cambio de normativa así como la falta de personal como principales causas de las largas colas superiores a las 3 horas de este último fin de semana. "Si tú sabes que tienes una avalancha de volumen de vuelos intercontinentales, el riesgo es más alto. Tienes que haberlo previsto", añade a El Nacional.

Una imagen "conflictiva"

Carnes también alerta de que dar una imagen "conflictiva" de las aduanas españolas, "repercutirá a la larga". Aunque se haya ampliado la plantilla policial con más agentes en el aeropuerto de Barcelona, la policía español reitera que no es suficiente y que el caos del Prat "volverá a pasar". El director general de Turisme de Barcelona, todavía añade: "Se puede volver a dar el fin de semana".

Y del diagnóstico a las soluciones, confía en España como "territorio acogedor" para resolver el conflicto. Sin embargo, por si a caso, aconseja reforzar la previsión y realizar una mejor gestión de colas con el objetivo de aligerar el espacio Schengen (UE). En el caso de Barcelona, eso implica más recursos humanos tanto por parte de la Policía Nacional que depende del Ministerio del Interior como AENA. A pesar de que esta última ha insistido en librarse de cualquier culpa y remarcar que el control de fronteras depende de los cuerpos policiales del Estado.