El exministro de Economía del primer gobierno de Zapatero, Pedro Solbes, ha asumido hoy "parte de la culpa" de la crisis financiera. Solbes, que fue la cabeza del ministerio de Economía entre los años 2004 y 2009 ha confesado también que el gobierno "habría tenido que ser más valiente" pero ha señalado "el excesivo peso" de los factores políticos de aquel periodo, los cuales dice que impidieron los avances para realizar reformas.

En su comparecencia ante el Congreso para hablar sobre su gestión del ministerio económico durante la crisis, Solbes ha afirmado la "falta de valentía" del gobierno a la hora de mejorar el superávit presupuestario o la gobernanza de las cajas, y ha asumido que había discrepancias entre él y el presidente del momento, José Luis Rodríguez Zapatero.

Pedro Solbes, sobre las discrepancias, ha confesado que Zapatero era más partidario de llevar a cabo políticas "a corto plazo", pero el exministro, en cambio, "era menos favorable al gasto inmediato y a revivir el tema del mercado laboral porque la crisis parecía que nos daba margen ya que teníamos dinero". Ha recordado también que "a veces no gustaba que yo dijera algunas cosas que no decía el gobierno" y ha aseverado que "a veces decía las cosas que quería el Ejecutivo y a veces no".

Un gobierno "con riesgos"

Solbes ha recordado que el PSOE heredó un "gobierno con riesgos", ya que el gobierno socialista estaba en minoría y "todo el mundo tenía necesidad y ganas de gastar más". Ha explicado que desde un principio, el gobierno socialista prestó la atención a la política fiscal, pero que "la estabilidad presupuestaria no era aceptada por una parte de la mayoría de la cual disposavem en el Parlamento y hubo que reformar la ley de estabilidad por conseguir su aplicación". Eso, sumado a las discrepancias sobre cómo enfrentar la crisis, comportaron esta "falta de valentía".

El exministro ha aceptado la mala gestión en el mercado de la vivienda, que ha afirmado que era el principal problema. Solbes dice que esta materia se convirtió en una "prioridad" para el gobierno en el 2004, pero que se centró más en las ayudas a los más necesitados. "La limitación de la ayuda para la cuenta de vivienda y mis críticas a las hipotecas a 40 años se caían en un saco agujereado a pesar de los claros desajustes. Era más importante mejorar la competitividad entre sectores. En definitiva, que no se acabara la fiesta", ha apuntado. Además, habría supuesto una "intromisión" a la capacidad de actuación del sector de la construcción.

Otro de los problemas, según Solbes, fue la crisis de las cajas de ahorro. Un problema que, afirma, fue de "gestión y gobernanza" de las cajas y de no saber diferenciarlas de los grandes bancos. "Está la convicción de que el sistema financiero sigue siendo sólido y que la crisis es de liquidez. No se nacionalizan bancos y se hace evidente que la decisión del Banco de España de crear fusiones es insuficiente", ha aseverado. Solbes ha recordado que se pasó de un superávit del 2% del PIB en el 2008 a un déficit del 11% en el 2009 y que con estas cifras la decisión de "minimizar recursos públicos para hacer frente a la intervención de los bancos estaba totalmente justificada".

Por último, ha asegurado que "es evidente que las crisis volverán y la solución será más difícil si se opta por un sistema financiero menos regulado, aunque la exigencia de nuevos requisitos en el sector financiero pueda restringir su capacidad para financiar la economía".