El presidente de Agbar, Ángel Simón, ha dicho este jueves que "necesitamos tranquilidad y seguridad institucional en Barcelona" con el fin de potenciar la marca de la ciudad catalana. Simón lo ha explicado esta mañana, en la que ha hecho esta reflexión sobre la imagen de la capital catalana y sobre la incidencia del debate político sobre ella.

De hecho, Agbar fue una de las empresas que trasladó su sede en Madrid después de los hechos del 1 de octubre y el decreto del gobierno de Rajoy que permitía el traslado expreso de las sedes fuera de Catalunya, y ha sido la única que ha vuelto a instalarse en el territorio.

Con todo, el directivo de Agbar y del grupo Suez ha asegurado que Barcelona vivió "un momento extraordinario" la década de los noventa, pero ha lamentado que hoy se necesita conseguir que la marca vuelva a aportar valor y no reste valor". "Necesitamos tranquilidad y seguridad institucional", ha dicho Simón, que ha explicado que se requiere que la marca Barcelona vuelva a estar asociada a una serie de cualidades.

Los retos del cambio climático

Simón también ha hablado de los retos que nos depara el cambio climático. “Partimos de una situación global en la que en 2050 tendremos una población mundial que puede llegar a 9 mil millones de habitantes, mayoritariamente viviendo en grandes ciudades, que representará un aumento del 40% de los recursos hídricos necesarios para dotar las necesidades población, un crecimiento del 35% de energía y un 40% de los recursos agrícolas", ha asegurado. 

En cuanto a la denominada “remunicipalización del agua”, Simón ha expresado que: “El agua es un servicio público y no se puede remunicipalizar lo que ya es municipal, cuando el agua cae del cielo es gratis, pero llevarla a su casa 24 horas al día los 365 días del año no lo es. El agua es pública, existe un regulador, en el caso de Barcelona la empresa es mixta, un 15% de la empresa de Barcelona es del Área Metropolitana de Barcelona, en la que ellos aportan el saneamiento que en estos momentos requiere de decisiones urgentes de inversión para tener a punto las obras necesarias para realizar la depuración de aguas. Y esa inversión solo se puede producir desde la colaboración público-privada”.

En esa misma línea de colaboración público-privada, Simón ha puesto como ejemplo el caso de Terrassa, donde Ayuntamiento y empresa privada han llegado a un acuerdo para la gestión del día a día del agua ya que Mina de Terrassa es el principal proveedor del consistorio.

Para Ángel Simón, otro reto mundial reside en las necesidades del consumo agrícola que supone un 70%, frente al 18% industrial y 12% ciudadano. En el futuro se va a necesitar una mayor producción agrícola y el agua parte un vector fundamental de esa mayor eficiencia que se precisará. Uno de los principales objetivos de la compañía para 2019 es incrementar la participación en ese sector.

Por último, respecto a Barcelona, Ángel Simón ha expresado que: “Necesitamos una tranquilidad institucional que nos permita salir al exterior: Barcelona ha de volver a ser una marca que aporte valor y que los proyectos de fuera que vengan a establecerse sepan que se les va a ayudar a desarrollar su proyecto en lugar de ponerles obstáculos”.