El rublo ruso ha llegado este martes a su valor máximo con relación al dólar desde marzo de 2018. Esta situación ha llegado después de que la Bolsa de Moscú haya fijado las cotizaciones oficiales a 57,59 rublos por dólar. Eso se traduce en el hecho de que el dólar y el euro han caído un 0,48% y un 0,72% respectivamente con relación a la moneda rusa, quedándose en 56,61 y 58,59 rublos. Este gran repunte de la moneda rusa llega solo tres meses después del inicio de la guerra en Ucrania que se tradujo en la imposición de sanciones económicas en Rusia contra las reservas del Banco Central de Rusia o la exclusión de varios bancos rusos del sistema internacional de pago SWIFT. ¿Al fin y al cabo hizo caer la moneda un 30% hasta cifras nunca vistas desde la caída de la URSS, una situación que ha cambiado diametralmente en estos últimos meses, la gran pregunta es, ha podido Rusia realmente hacer frente a las sanciones? ¿O, por el contrario, es un maquillaje propagandístico del Kremlin?

El primero que viene a la mente sabiendo que el rublo, aparentemente, esté fuerte es que las sanciones impuestas por occidente no están teniendo el efecto deseado, pero no es del todo así, ya que con la exclusión de Rusia de los mercados internacionales, el gobierno del país puede fijar el precio del rublo que quiera, porque no habrá consecuencias en los mercados. Como hemos dicho antes es la bolsa de Moscú quien fija el precio de la cotización del rublo. ¿Dicho esto, podemos asegurar, a primera vista, que, en efecto es una operación de propaganda, una mera cortina para tapar la realidad y, por qué? Pues bien, hoy en día aquellos que compraban dólares con rublos, los ciudadanos y empresas rusas, ya no pueden hacerlo porque las empresas internacionales se han marchado de Rusia, la fuga de empresas, aquí, sí que ha sido de verdad porque la amenaza de las sanciones de los países occidentales es real.

Y cómo sabemos que la fuga de empresas ha sido real, gracias a la balanza de exportaciones. Según ha publicado el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), durante el último mes de abril, esta balanza subió exponencialmente, hecho que se puede deber a dos factores, o bien han aumentado de forma considerable las exportaciones o las importaciones se han desplomado. Teniendo en cuenta que las exportaciones rusas, basadas principalmente en el petróleo y el gas han caído a causa de las sanciones, la única opción viable es la segunda y podemos afirmar el éxodo de empresas.

Esta situación, aparte de decirnos que la posición del rublo es completamente ficticia, también nos indica que las sanciones sí que están siendo efectivas, quizás a corto plazo solo se nota en qué ya no habrá McDonald's o tiendas Apple, y la industria rusa puede seguir funcionando a pleno rendimiento. Ahora bien, si no importas los materiales necesarios para el funcionamiento de la industria, en esta se le acabará el stock y se verá obligada a realizar un paro indefinido. Y se puede decir eso porque Rusia no es un país autosuficiente y no tiene toda la cadena de valor disponible dentro de sus fronteras y no todo se puede importar de China, que parece que es lo que está intentando Rusia. Al fin y al cabo, si no se revierte la situación, está llevando al país dirigido por Vladímir Putin a lo que podría ser una crisis sin precedentes, y más teniendo en cuenta que, según las previsiones, la guerra ya ha provocado que Rusia esté camino de ver cómo su PIB disminuye un 11,2%.

¿Qué planes tiene Putin en mente para superar la situación?

Dentro de lo que sabemos, ahora Rusia se ha convertido en un país completamente hermético y solo podemos acceder a aquello que quiere el régimen y precisamente lo que hemos podido ver es como Putin ha dedicado una cantidad considerable de horas a dirigirse a sus conciudadanos, y al resto del mundo, para asegurar que Rusia no se está viendo afectada por las sanciones. De esta estrategia, podemos deducir como el presidente ruso está intentando preparar el país para una carrera de fondo ante la afectación de las sanciones e intentar que desgasten el país el menos posible. De momento, Moscú ya ha dicho que impugnará las sanciones sobre sus reservas de divisas en los tribunales y también ha amenazado con una demanda si considera que se está incumpliendo la deuda a causa de la congelación de activos.

De hecho, lo que está pasando es que, en la práctica, Rusia se está preparando para un aislamiento financiero en toda regla, un aislamiento que, de hecho, ya ha llegado. Con las sanciones bancarias, por ejemplo, lo que se está haciendo para habilitar los pagos con tarjetas es incentivar el uso del Sistema Nacional de Tarjetas de Pago, más conocido como Mir, que en los últimos años ha crecido de manera exponencial. Según datos de la CNN del Banco Central Ruso, el país emitió durante el año 2021 más de 113 millones de tarjetas bancarias basadas en este sistema, delante de los 1,76 millones del 2016, que se tradujo en el hecho que el año pasado, un una cuarta parte de todos los pagos de tarjetas en Rusia se hicieron a través de este sistema Mir.