La descarbonización es uno de los puntos más importantes de la transición energética y un punto importante para alcanzarla es el uso de las energías renovables. Actualmente, en Catalunya las renovables no tienen un peso suficiente para cubrir y sustituir las fuentes de energía fósiles. Visto lo visto, la Cambra de Barcelona ha reclamado este miércoles que se inviertan hasta 59.024 millones de euros en energías renovables hasta el año 2050 con el fin de convertir Catalunya en un país libre de emisiones.

Esta ha sido la conclusión principal del primer informe monográfico de los Indicadores de Progreso y Bienestar (IPB) que la Cambra presentó el septiembre pasado. De hecho, con esta primera entrega, titulada La descarbonización y transición energética a Catalunya. Hoja de ruta para conseguir la plena descarbonización del país en el 2050, buscan cuantificar la inversión que necesita Catalunya para conseguir un modelo eléctrico 100% renovable, haciendo posible al mismo tiempo el cumplimiento de los objetivos climáticos para 2030 y 2050. Además, este estudio analiza el factor de la sostenibilidad medioambiental como una de las vías para construir una sociedad más acomodada en Catalunya.

Con el fin de alcanzar este modelo 100% renovable, la Cambra estima que Catalunya tendría que disponer de una potencia instalada en energías renovables en el año 2050 de 67.071 MW y de 17.849 MW en el año 2030. Esta cifra equivale a un incremento de 62.980 MW adicionales con respecto a los 4.092 MW de potencia instalada en energías renovables en 2020.

Y es aquí donde entran los 59.024 millones de inversión, para materializar este incremento de capacidad de generación. Un punto importante, sin embargo, es que el esfuerzo principal no se tiene que posponer para dentro de diez años, por ejemplo, sino que se tiene que hacer cuanto antes mejor. En esta línea, la Cambra ya ha pedido que, sumando inversión pública y privada, se inviertan 789 millones de euros en renovables este 2022 y que la cifra vaya decreciendo hasta llegar a 3.038 millones de inversión en el año 2050. Este volumen de inversiones representarán un grandísimo esfuerzo para Catalunya en los próximos 30 años; de hecho, el país tendría que dedicar cada año por término medio un 0,67% del PIB para disponer de un sistema eléctrico 100% renovable el año 2050.

Desencallar los proyectos de parques renovables

Una de las principales metas para conseguir generar todo este volumen de energía renovable, según apunta la Cambra, es desencallar los proyectos de parques renovables, ya que en Catalunya no se abren nuevos parques desde el 2013, con 13 GW de proyectos pendientes sobre la mesa. De hecho, estos proyectos atascados representan el 94,5% de la capacidad energética que la Cambra considera que se tendría que instalar de aquí a 2030.

La corporación pide acelerar y estudiar a fondo estos proyectos, dado que estos podrían ser la primera piedra para empezar a hacer realidad el horizonte establecido. En este sentido, la corporación considera que, una vez validado por el Parlamento el decreto ley de renovables, es de vital importancia que se consolide, con la máxima urgencia, el nuevo marco legislativo que tiene que definir y detallar los objetivos y la planificación del despliegue de renovables en nuestro Territorio. Eso incluye la tramitación de la futura Ley de Transición Energética y del Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables.

Sin embargo, la Cambra considera que es esencial flexibilizar al máximo la puesta en marcha de estos proyectos, facilitar la conexión a las redes de distribución existentes y considerar la opción en el ámbito público de construir líneas de evacuación de entidad pública con la finalidad de facilitar y hacer realidad los proyectos de energía renovables que hoy no se están materializando.

Marco regulatorio

Otro de los puntos que reclama la Cambra en materia de energía renovable es la creación de un nuevo marco apropiado en el ámbito de regulación a fin de que los consumidores, y muy en especial las empresas y la industria, puedan tomar sus decisiones estratégicas de cara a su transformación energética. Concretamente, apuntan que una de las vías que requieren la implantación de una regulación realmente favorable es la producción distribuida o autoconsumo.

En esta línea, la corporación pide a las administraciones fomentar la introducción del autoconsumo creando líneas de subsidios más amplias a las actuales, otorgando incentivos fiscales y estableciendo políticas decididas que incentiven su implantación. A escala práctica, una de las líneas para fomentar su puesta en marcha es facilitando y flexibilizando la figura de las comunidades energéticas, en el entorno urbano residencial, comercial y en polígonos de actividad económica que hoy en día solo pueden dar cobertura a un radio de 500 metros desde donde se produce la energía.

En resumen, lo que busca la Cambra con esta nueva hoja de ruta es aprovechar reto de la transformación energética y la escasez de suministros como una oportunidad para construir un nuevo modelo económico que vele por el bienestar de la sociedad y se fundamente sobre el conocimiento, el progreso y la resiliencia. En efecto, gran parte de los puestos de trabajo que se generarán a raíz de estas inversiones serán cualificados y de alto valor añadido.