España se está encaminando hacia la posible aplicación de una moderación salarial en las empresas. No obstante, según el economista Santiago Niño Becerra, esta no es la estrategia correcta para paliar los efectos de la crisis de la Covid en la economía del Estado. Es más, ha defendido que no se producirá ninguna mejora.
La supuesta alternativa a los despidos
Frente al artículo publicado por el diario El Confidencial Digital que explica que, tal como ha defendido la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la bajada de los sueldos es "la alternativa a una oleada de despidos", el economista ha hecho un hilo en Twitter con el fin de presentar sus argumentos en contra de esta teoría.
Niño empieza la exposición con una descripción del modelo actual aplicado en España: "La competitividad se consigue con salarios bajos, no con inversión y reorganización, porque la estructura del PIB se sustenta en el bajo valor añadido que, en muchísimos casos, no compensa la inversión".
Twitter Santiago Niño
La solución: invertir
"La productividad no mejora reduciendo salarios, sino invirtiendo, de manera que esta reducción salarial lo que busca es una simple disminución de costes... Que no garantizará el empleo: hoy la demanda de trabajo no la determinan los salarios, sino la necesidad de trabajo", ha continuado para justificar que esta medida no provocará necesariamente ningún avance.
Twitter Santiago Niño
Afectaciones en el poder adquisitivo
Es más, podrían comportar más dificultades. "Y después está lo otro: las reducciones de salarios afectan al poder adquisitivo, a los ingresos por imposición indirecta y a los ingresos por cotizaciones sociales. Lo que se ha dicho: las cosas en España continúan igual", ha concluido.
Twitter Santiago Niño
Empiezan las negociaciones
Tal y como se revela en el artículo comentado por Niño Becerra, algunas organizaciones sindicales ya han empezado las negociaciones con las empresas para la elaboración de los nuevos convenios que preverán esta bajada.
La moderación de los salarios se empezaría a aplicar en 2022 y, por lo visto, en el próximo trienio los aumentos serán limitados, aunque, hoy por hoy, no está cerrado, después de las alzas de los últimos años.
Imagen principal, economista Santiago Niño Becerra / Sergi Alcàzar