La economía catalana cayó un 20,1% durante el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo del año pasado por el impacto de la pandemia del coronavirus y la aplicación del estado de alarma, según la estimación avanzada del Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat). En el caso de la economía española, el descenso interanual fue del 22,1%. Respecto a la variación intertrimestral fue del 15,6% delante del 18,5% del conjunto de la economía española.

La reducción el PIB catalán supera de largo las registradas durante la crisis financiera del 2008, según recuerda el Idescat, que subraya que todos los sectores económicos han presentado tasas negativas, hecho que refleja "la intensa recesión económica".

La mejora de la situación sanitaria a partir del mes de mayo ha permitido ir eliminando las restricciones de movilidad y la recuperación de la actividad, aunque no se ha conseguido en todos los sectores, según apunta el Idescat, que publicará los datos definitivos el próximo 10 de septiembre.

En el sector de la industria, la tasa interanual fue del 22,1%, pero con impactos bastante diferentes según las ramas de actividad. Por una parte, destaca la intensa reducción de actividad de las industrias afectadas por las restricciones parciales del transporte de mercancías y la ruptura de las cadenas globales de suministro o por la fuerte reducción de la demanda, en el caso de la refinación de petróleo.

En cambio, otros sectores como la alimentación, la química y la farmacia cayeron pero no con tanta intensidad porque incluyen actividades esenciales, que durante el confinamiento se mantuvieron. Por último, actividades como las artes gráficas, los productos metálicos, la maquinarias y los equipos eléctricos presentan tasas de crecimiento negativo, aunque se empieza a recuperar desde el mes de mayo.

La caída de los servicios

La bajada de actividad más importante corresponde al sector servicios, del 18,9%, que registra el peor dato de la serie historia. Uno los factores que explica esta evolución es la situación de los servicios relacionados con el turismo, ya que las fronteras han sido encierros hasta junio y se restringió al máximo la movilidad entre comunidades.

La consecuencia ha sido una paralización de la actividad del tráfico aéreo, la hostelería y las agencias de viajes y ha influido muy negativamente en la restauración y las actividades artísticas y culturales, entre otros. También se han visto afectados un conjunto de sectores que son proveedores de servicios en las empresas como, por ejemplo, la publicidad, los servicios técnicos y las actividades relacionadas con el empleo. Dentro de los servicios, hay sectores como las telecomunicaciones, la informática y correos que han mantenido una actividad notable.

Por otra parte, la evolución de la actividad de la construcción es un 23,4% inferior respecto del mismo periodo el año anterior y ha empeorado la caída de actividad del primer trimestre del año. Finalmente, la agricultura mantiene la tendencia negativa de trimestres anteriores, con una tasa del -2,3%.