CaixaBank ha estado, en los últimos meses, en el punto de mira desde que presentó su Plan estratégico 2019-2021, que contempla reducir en 821 sus oficinas urbanas en este periodo y como consecuencia, despedir a más de 2.000 trabajadores. La entidad ya presentó hace unas semanas un expediente de regulación del empleo (ERE), en el que confirmaba una supresión de 2.157 empleados, pero todavía no se ha conseguido llegar a un acuerdo con los sindicatos. Desde CaixaBank, sin embargo, aseguran que "nos dejaremos la piel para llegar a un acuerdo", y esperan que "desde los sindicatos también pongan de su parte".

Así lo ha asegurado el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de resultados del ejercicio 2018 en su sede de Valencia. Cuando la entidad hizo pública la intención de reducir sustancialmente el número de oficinas, prometió que no tocarían la red de oficinas rurales -hay municipios que cuentan sólo con una oficina- y que, por lo tanto, el cierre se haría sólo en zonas urbanas. ¿El motivo? El cambio de comportamiento del cliente, cada vez más enfocado a la banca digital, y también la intención de CaixaBank de potenciar sus tiendas 'store' con un trato más personalizado.

Hoy, durante la presentación de resultados, Gortázar ha reiterado que mantienen su compromiso de no recortar la red de oficinas rurales, ya que "queremos que la estructura se mantenga". Ha añadido también que "mantener presencia en las zonas rurales está dando un mensaje positivo, porque queremos que estos tengan acceso a los servicios financieros. Queremos mantener esta presencia y la seguiremos teniendo, pero teniendo la flexibilidad para incluir tecnología".

Un acuerdo complicado

Los sindicatos de CaixaBank y la entidad se han reunido ya varias veces con la intención de consensuar las bases de este ERE, pero las posiciones están alejadas y no parece que haya acercamientos. Una de las demandas más firmes de los trabajadores es que el 100% de la plantilla que salga sea una marcha voluntaria, y también que no se empeoren las condiciones de los trabajadores que se queden. Los trabajadores fueron tajantes después de la última reunión con la entidad que se celebró ayer jueves: "No aceptaremos recortes, desregulación ni empeoramiento de condiciones".

Según ha explicado hoy el consejero delegado de CaixaBank, "no se contempla una bajada de sueldo a los empleados, eso lo garantizamos", pero Gortázar no ha querido comentar las otras demandas de los sindicatos, como el hecho de que el 100% de las bajas sean voluntarias.

Preguntado por esta falta de acuerdo, Gortázar ha asegurado que "en toda negociación hay dos partes y queremos hacerlo de manera que nuestros representantes sindicales entiendan las medidas que estamos implantando". Con todo, el consejero delegado no ha establecido ningún periodo de tiempo para llegar a un acuerdo pero ha dicho que es "consciente" que los trabajadores necesitan tiempo. El presidente de la entidad, Jordi Gual, ha añadido que "nuestra trayectoria nos avala, siempre hemos llegado a acuerdos y esperamos que esta vez no sea diferente".