"El consejo de administración tomó la decisión de llevar la sede a Valencia y no se puso plazos" para volver a Barcelona, ha explicado el presidente de CaixaBank. Sin novedades a la vista, pues. La pregunta, que ya es un clásico a las ruedas de prensa de presentación de resultados de los principales bancos catalanes que decidieron mover la sede fuera de Catalunya en octubre del 2017, acostumbra a ser contestada con evasivas, y así ha sido una vez más por parte de CaixaBank, después de dos años de haberse mudado a Valencia.

El presidente de la entidad, Jordi Gual, no ha dado más explicaciones que esta frase durante la presentación de resultados anuales del 2019. "Sin plazos ni plazos", es decir que la propuesta de volver a Barcelona tampoco no está sobre la mesa, de momento. "Es lo mismo que os digo cada vez, la decisión la tomó el consejo de administración porque consideró que era la más acertada, y es la que estamos manteniendo desde hace dos años".

Peticiones a Sánchez

Pero las preguntas más políticas, si se puede decir así, no han acabado aquí. Sobre el nuevo Gobierno, Gual ha recordado que se trata de un gobierno "de coalición, cosa que obliga a debatir los temas y este es un procedimiento que pasa en toda Europa cuando los gobiernos están fragmentados, pero es positivo". En este sentido, ha pedido que lleve a cabo políticas favorables a la confianza y a la creación de empleo para conseguir que baje una tasa de paro "demasiado alta", pero "no me corresponde a mí decir cómo tiene que ser la política económica". Con todo, ha valorado positivamente que "la Comisión Europea y las instituciones comunitarias mantengan una cierta vigilancia del camino de consolidación fiscal, que España no tiene que abandonar porque tiene un alto nivel de deuda pública."

Preguntado por qué tipo de políticas económicas se necesitarían, el presidente de CaixaBank ha sido conciso: "hay que hacer una política basada en resultados, combinar la eficiencia y la equidad". Al mismo tiempo, sin embargo, "respecto de la presión fiscal, veremos qué decide el gobierno" pero avisa de que "se tiene que vigilar con este tema en la medida en que las empresas españolas compiten con el resto del mundo que tiene una fiscalidad más baja".

Hace falta tener en cuenta que no son buenos tiempos para el sector bancario, en un contexto de tipos de interés bajísimos que parece que no arrancan nunca, cosa que, según CaixaBank, obliga a hacer un tipo de políticas bancarias muy prudentes, ya que el mercado descuenta unos tipos planos hasta mediados del 2021 y marca un horizonte de tipos bajos a largo plazo.

"¿Y la noticia de unas próximas elecciones en Catalunya? ¿Cómo verían a un tripartito de izquierdas a la Generalitat? ¿Han recibido presiones por parte del independentismo"?, han insistido algunos periodistas. La respuesta, escueta y tranquila: "Mientras se formen nuevos gobiernos que aporten estabilidad estaremos bien", ha respondido Gual. "Y no, no hemos recibido ningún tipo de presión para que el independentismo entre en el banco". La anécdota del día la ha protagonizado un periodista cuando ha renombrado ERC como Izquierda Democrática de Catalunya, en un error inocente. Gual ha respondido que "si aparece un nuevo partido que se llama Izquierda Democrática, pues ya veremos", en un estallido de risa de toda la sala. "Pero yo no sé qué pasará con el nuevo gobierno central ni a Catalunya ni con el salario mínimo...", ha repetido Gual varias veces, recordando que no tiene una bola de cristal para contestar preguntas imposibles de futuro.

Cierra la puerta a las fusiones

Finalmente, un tema candente en el mundo bancario: ¿se materializará alguna fusión en el sector como hace tanto tiempo que se anuncia? Se ha hablado del Banco Sabadell y Bankia, aunque hoy el Sabadell lo ha descartado, y ya hace tiempo que parece que interesa a un actor menos. Sobre este tema, la entidad ha contestado que no saben qué harán sus competidores pero ha cerrado la puerta a cualquier fusión que involucre CaixaBank. "Las distracciones de fusiones no nos interesan", ha aseverado Gual, que ha insistido en que el modelo estratégico de CaixaBank es viable por sí mismo.

"Tenemos un plan estratégico cerrado hasta el 2021 basado en el crecimiento orgánico, y quiero destacar que esta entidad tiene un tamaño, diversificación y presencia territorial que le permite competir y ser relevante en caso de un cambio de tendencia de negocio", ha aseverado, alabando la gestión y el crecimiento de la entidad.

Y punto y final. Otro viaje a Valencia, unos resultados bastante buenos (ha ganado 1.705 millones de euros) por haber estado "un año muy sufrido", en gran parte condicionados por los costes del ERE que hicieron el año pasado, y las preguntas sobre un posible retorno a Barcelona -con la misma respuesta de siempre- han marcado la presentación de resultados anuales de CaixaBank.