CaixaBank espera mejorar sus ingresos año a año pese al entorno de bajos tipos de interés, al tiempo que seguirá reduciendo sus costes operativos, más allá del ahorro de 200 millones de euros previstos tras la reestructuración de su red de oficinas y la salida voluntaria de unos 2.000 empleados.

La entidad detalla en una presentación publicada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores las principales líneas de negocio incluidas en su plan estratégico 2019-2021, que servirán para aumentar los ingresos.

El banco avanza que los volúmenes en la financiación a empresas son "mejores de lo esperado" y sigue creciendo en consumo.

La tecnología, destaca, le está permitiendo crecer también en el negocio de pagos, lo que se suma a las buenas perspectivas de su filial en Portugal, BPI, del negocio de seguros y del de ahorro.

CaixaBank explica que en la primera mitad del año todas estas fuentes de negocio, las realmente estratégicas, aportaron el 75 % de los ingresos principales del banco, mientras que el 25 % restante provino de hipotecas y otras actividades, entre las que se incluyen las carteras de renta fija (ALCO en el argot).

Coste operativo

Al margen de los ingresos, la entidad insiste en que seguirá reduciendo sus costes operativos. La idea del banco era que los gastos de personal cayeran un 5 % este año y finalmente lo harán en torno al 3 %, sin embargo, ese mayor gasto, que se explica principalmente por las salidas de empleados, permitirá adelantar los ahorros futuros.

Además, CaixaBank prevé una merma del coste de los depósitos a medida que vayan venciendo, pero también deja entrever la posibilidad de cobrar a las grandes empresas por los depósitos en la entidad.

El banco detalla que el saldo de depósitos mayoristas ronda 59.000 millones y un 67 % es dinero que no se mueve.

Asimismo, la entidad prevé reducir un 3 % el volumen de créditos impagados, que al final del primer semestre se situaba en el 4,2 %, hasta llegar al 4 % a cierre de este año.