Anna Gener es la presidenta y CEO de la consultoría inmobiliaria Savills Aguirre Newman Barcelona y una de las pocas mujeres que ocupa un alto cargo en nuestra sociedad. De hecho, solo un 9% de las mujeres trabajadoras en España ocupa un cargo directivo, según el último estudio de Infojobs. Pero ella no lo considera un lujo, sino una meta; una posición que tendría que ser abastable para cualquier persona si es buena, sea hombre o mujer. Con mensajes claros y una sonrisa que no la abandona, nos habla, desde su despacho en medio de la Diagonal, sobre el camino que nos queda para recorrer como sociedad: las mujeres se tienen que hacer un sitio en los equipos directivos y mandar, y juntos conseguir un cambio de paradigma.

Anna Enero Aguirre Newman - Sergi Alcàzar

¿Por qué es importante que haya mujeres que manden?
El hecho de que haya más mujeres en los ámbitos de decisión nos permitirá cambiar el modelo de empresa y de sociedad que tenemos hoy día. Nosotros no somos ni mejores ni peores, pero tenemos maneras de hacer diferentes. Tampoco vería deseable que solo hubiera mujeres dirigiendo, porque nos faltarían las habilidades masculinas. De hecho, está comprobado que los equipos directivos donde hay diversidad son más resolutivos, más capaces de adaptarse a los cambios del sector empresarial y dan más beneficios, justamente por esta capacidad de leer mejor el mercado.

¿Qué quieres decir con "leer el mercado"?
El sector empresarial cambia cada vez más deprisa, y ya no sirven los precedentes. Es por eso que la diversidad, no solo de género, sino ideológica, cultural, de origen, etcétera, es fundamental porque el consumidor cambia, se transforma. No se puede dirigir una empresa solo con gente de una tipología.

¿Consideras que es difícil para una mujer llegar a un alto cargo?
Hay una serie de barreras, que a menudo nos ponemos nosotras mismas, fruto de una determinada educación que recibimos que no nos invita a emprender una carrera profesional hasta estos altos ámbitos de decisión. Queremos que haya más mujeres para que haya justicia, pero por encima de todo porque habría un cambio de paradigma y exigiría una mayor corresponsabilidad. No hablemos solo de distribuir el poder, sino también el cuidado de la familia y hacer una sociedad mejor, con más valores.

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Queremos que haya más mujeres para que haya justicia, pero por encima de todo porque habría un cambio de paradigma y exigiría una mayor corresponsabilidad

¿Cuáles son las principales dificultades que se encuentra una mujer en el trabajo?
La principal es que el camino para llegar a un alto cargo está hecho por los hombres. Un indicio de eso son los horarios que tenemos, que hacen muy difícil que puedas hacer otras cosas y tener un mínimo de vida personal. El camino no está hecho con los patrones que a nosotros nos resultarían más naturales, sino con patrones más masculinos.

Y los hombres, ¿dónde quedan en esta lucha?
Siempre digo que es muy necesario que en esta lucha se incluyan los hombres. Yo entiendo también que eso pueda generar resistencias, porque de alguna manera los hombres se sienten desplazados. Nosotros nos movemos de posición, pero al mismo tiempo les hacemos mover a ellos. Les estamos obligando a ser disruptivos, en el sentido que se ven obligados a hacer cosas que no han visto hacer ni a sus abuelos ni a sus padres, de manera generalizada.

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En sectores como el empresarial, más del 60% de los graduados son mujeres, y el número crece cada año. ¿Cómo se explica entonces el hecho de que solo un 9% de las mujeres trabajadoras tengan un trabajo de alta responsabilidad?
Es una situación anómala. Como decías, las mujeres ya tenemos una preparación académica que nos avalaría estar en estas posiciones y además ya hace décadas que estamos masivamente incorporadas en el mercado laboral. Tenemos todos los requisitos pero no acabamos de llegar en los ámbitos donde realmente se toman las decisiones. Eso es relevante porque el poder económico y empresarial define mucho como funciona la sociedad de un país y nos configura, con lo cual hay que prestar atención a quien está en estos ámbitos de decisión.

Y las mujeres no están...
Las mujeres no están, o están de una manera muy minoritaria.

¿Cuáles son las causas?
La más relevante es que no hay referentes. Como no hay suficientes mujeres en las altas posiciones, no hay lo bastantes referentes y el mensaje que reciben las chicas jóvenes que se incorporan en este ámbito de trabajo es que estos lugares no son para ellas. Hasta que no haya más mujeres arriba, no asumiremos con naturalidad que las mujeres tenemos tanto derecho como los hombres de estar decidiendo, liderando y mandando.

¿Tú tienes referentes?
¡Claro! Por eso digo que son necesarios, y se tienen que crear de nuevos. Para mí, fue cuando escuché a Anna Mercadé, directora del Observatorio Mujer, Empresa y Economía de la Cámara de Comercio de Barcelona, que me di cuenta que no estábamos en una sociedad igualitaria.

Las mujeres no tenemos suficientes referentes en las altas posiciones, y el mensaje que reciben las chicas jóvenes que se incorporan en este ámbito de trabajo es que estos lugares no son para ellas

¿Y además de los referentes?
La manera como están repartidas las tareas del hogar, el cuidado de los hijos y de las personas enfermas, y todo este tipo de responsabilidades recaen mayoritariamente en las mujeres. Por lo tanto, puede haber mujeres que sí les habría gustado seguir con su carrera profesional, pero llega un punto en que se sienten imposibilitadas, porque tienen mucha carga, mucha presión y muy poca ayuda.

Hasta que no haya más mujeres arriba, no asumiremos con naturalidad que las mujeres tenemos tanto derecho como los hombres de estar decidiendo, liderando y mandando

¿Y qué les dirías a estas mujeres?
Tenemos que poner la voz de alerta y decir: "Las que quieran llegar arriba tendrían que poder llegar", sin renunciar a nada de su vida, ni profesional ni personal. Eso con los chicos no pasa; los chicos no se plantean "o carrera profesional o familia". Ellos sienten que pueden hacer ambas cosas, y tenemos un problema cuando las chicas sienten que no.

¿Y la ley?
Sobre la ley, solo faltaría, lo hemos conseguido. Pero en la vida real, no. Este es el siguiente paso que tenemos que dar.

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¿Hasta qué punto la maternidad es un problema para el empresario?
Creo que es un tópico que no se cumple en el mundo de la empresa profesional. Está el mito de las bajas, que parece como si desaparecieras del mundo, pero no es así. A fecha de hoy, si la mujer quiere, puede estar absolutamente conectada con el trabajo. 

Pero la brecha salarial sí que es una realidad.
Sí. Arrastramos todavía una situación injusta y arcaica, en que a la mujer se la penalizaba. Y además, trabajos que tradicionalmente estaban hechos por hombres estaban mejor pagados que tareas tradicionalmente hechas por mujeres, y esta situación todavía se da hoy día. Además, las pensiones que tienen las mujeres claramente también son mucho más bajas que las de los hombres.

¿Y cómo solucionamos esta brecha?
Con transparencia. Yo creo que la Administración Pública tiene que velar para que eso no pase, y la única manera es con transparencia, leyes y regulación.

¿Cuáles son las áreas en que hay que reforzar más el papel de la mujer?
Desgraciadamente, mires el ámbito que mires, la presencia femenina es muy minoritaria. Tanto en el sector económico, que es el más conservador, como en el cultural o el universitario, que parece que tendría que ser más abierto en este sentido. Es cierto que en las bases de las organizaciones estamos 50 a 50, pero a medida que van pasando los años hay una salida de talento femenino que hace que no lleguemos arriba.

¿Qué tenemos que hacer para cambiarlo?
Una tarea que se tiene que hacer es, desde el mundo público y el privado, crear y visibilizar más referentes femeninos. Al mismo tiempo también hay que crear un entorno más amable con unos códigos que permitan compatibilizar mejor el trabajo con la vida social y familiar. Y por último, más compromiso del sector público, que tiene aprobada una ley de igualdad que no están cumpliendo ni sus empresas.

Mires el ámbito que mires, la presencia femenina es muy minoritaria. A medida que van pasando los años hay una salida de talento femenino que evita que lleguen a posiciones más altas

¿Apoya la huelga?
Celebro la cuestión, y este 8 de marzo está teniendo mucha repercusión a nivel internacional. Pero nos estamos focalizando mucho en este día, y no tenemos que dejar de avanzar el resto de días del año. La reivindicación nos tiene que servir para visibilizar la lucha y hacer conscientes a hombres y mujeres que todavía nos queda mucho camino por recorrer, aunque parezca mentira.

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