La cultura catalana ha perdido una de sus voces más brillantes: Glòria Rognoni Planas, actriz y directora teatral, ha muerto esta mañana a los 81 años. Miembro fundacional de Els Joglars, Rognoni se reveló como una figura clave del teatro catalán, con una trayectoria marcada por el compromiso, la superación y la autenticidad escénica.

El teatro como un instrumento de cambio y visibilidad

Rognoni inició su carrera con Els Joglars a finales de los años sesenta y se convirtió en el alma creativa del grupo, merecedora del reconocimiento como “musa en la sombra” del teatro de Albert Boadella. Al recordar aquellos años junto a Els Joglars, incidía en la necesidad que tenían entonces los miembros de la compañía de contar lo que les rodeaba, llevándolo al límite de la expresión artística a través del mimo.

Su pulsión por el teatro encontró un sentido renovado en Femarec, cooperativa de teatro social con personas con discapacidad intelectual

Fue en 1975, durante un ensayo del espectáculo Alias Serrallonga, cuando una caída la dejó parapléjica de las extremidades inferiores. Meses después del accidente, conmocionada por el giro radical que debía afrontar en su vida, valoró abandonar el teatro para estudiar medicina. Sin embargo, gracias a una propuesta de Teresa Calafell y Joan Baixas, fundadores de La Claca, Rognoni regresó al mundo del teatro para trabajar en la dirección del espectáculo Mori el Merma (1978), una adaptación altamente visual de Ubu roi de Alfred Jarry, realizada por el propio Joan Baixas y su compañía. Joan Miró se encargó del diseño de las marionetas de gran formato que se utilizaron en la obra. Esa pulsión teatral encontraría años después un nuevo sentido en Femarec, cooperativa de teatro social con personas con discapacidad intelectual, donde dirigió durante casi 18 años una veintena de espectáculos. Con algunos de ellos llegó incluso a girar por España, Portugal, Italia e Inglaterra y llegando a llenar el Teatre Victòria.

Rognoni también fue la primera presentadora con silla de ruedas de un programa de televisión en todo el estado español

Rognoni también fue la primera presentadora con silla de ruedas de un programa matinal en TV3. Fue el año 1995 con el magazine Bon dia Catalunya. Aquella experiencia la recordaría tiempo después como una de sus principales consecuciones, al haber conseguido "un gran paso cabe a la normalidad" para muchas personas en la misma situación en un mundo como el de la televisión. "Que una persona con minusvalía presente un programa diario de televisión es un gran paso hacia la normalidad. Me siento orgullosa de poder darlo y yo no sé si en TV3 son conscientes de la grandísima importancia que esto tiene para la gente que está en situaciones parecidas", declaraba entonces en una entrevista al diario El País. Tres años antes, había vivido otro momento altamente emotivo, siendo la responsable de las ceremonias de los Juegos Paralímpicos de Barcelona. En el 2015, recibió el Premio Butaca Honorífico Anna Lizaran en reconocimiento de su trayectoria y a su tarea con Femarec como referente del teatro social en Catalunya. El adiós a Rognoni es el despido de una artista valiente que hizo de la adversidad en motor creativo. Deja un legado donde destaca el mensaje que siempre emitió entender el teatro como un instrumento de cambio y visibilidad.