"Si hace dos años me dicen que estaría aquí no me lo hubiera creído". El fútbol, en muy poco tiempo, ha transformado la vida de Víctor Fernández Satué (1998, Sant Cugat). Este talentoso extremo ha cambiado el campo del Cornellà por las instalaciones de la Academia del Newcastle inglés. Su primer contrato como profesional, firmado la temporada pasada, lo obligó a hacer las maletas para alejarse de la familia y perseguir su sueño: "Soy una persona a quien le gustan los retos y para mí no era un problema marcharse fuera para triunfar".

La adaptación a su nueva vida no fue fácil y reconoce que la tecnología le ayuda a olvidar la distancia: "Al final te acabas acostumbrando, pero por suerte los veo bastante a menudo -a los padres- porque vienen ellos cada uno o dos meses o porque vuelvo a Barcelona cuando tengo algún día libre. Además, también me ayudan mucho las videollamadas".

La rutina también contribuye a tener la cabeza en su sitio cuando estás lejos de los amigos. "Cada día me levanto a las 08.30 horas para ir a la Academia, desayunamos, entrenamos y comemos. En función del día, tenemos gimnasio o doble sesión. Después ya nos podemos marchar a casa", asegura antes de reconocer que pasa gran parte del tiempo libre con los compañeros de equipo.

En su primer año en el Newcastle, Fernández se ha convertido en un habitual de los entrenamientos del primer equipo, que compete en la Premier League, la máxima categoría del fútbol inglés. "Desde que llegué ya me acogieron muy bien y eso te da un plus de motivación y confianza para cuando llegue el momento de dar el salto". Una llegada que estuvo llena de interrogantes cuando el dinero inglés le robó al Espanyol un futbolista que nunca llegó a disfrutar. El exentrenador del Real Madrid Rafa Benítez, encargado del banquillo de San James' Park, puede jugar un papel diferencial para consolidar su evolución meteórica.

"La Premier siempre me ha apasionado y me siento muy identificado con el estilo de juego directo y los futbolistas verticales", dice el extremo, que quiere seguir quemando etapas después de debutar con Benítez en un partido amistoso. "Lo que más me llama la atención del fútbol inglés es la profesionalización y como se enfoca la manera de trabajar", añade antes de empezar a enumerar las virtudes de unas competiciones empujadas por el apoyo económico: "La preparación es mucho más física, la intensidad del partido es más alta y eso provoca más choques y segundas jugadas". Además, remarca que los estadios "siempre están llenos" y se respira una "atmósfera fantástica para los que queremos ser futbolistas".

Entre partidas al Call of Duty y al FIFA, sus videojuegos preferidos, y capítulos de Narcos, Breaking Bad o Prision Break, Víctor Fernández no aparta la mirada de su gran objetivo: consolidarse en la Premier League.

Con 20 años, el futuro es suyo, pero no cierra la puerta a volver: "Supongo que a cualquier deportista le gusta jugar al lado de casa, la familia y los amigos. Ahora mismo estoy contento, pero nunca se puede descartar nada, y menos en fútbol".