El belga Wout Van Aert (Jumbo Visma) cumplió el pronóstico que le señalaba como favorito en la contrarreloj entre Libourne y Saint-Émilion, con un recorrido de 30.8 kms, en la que impuso su ley volando a 51,4 por hora, jornada en la que el esloveno Tadej Pogačar ratificó su maillot amarillo con una octava plaza que fue más que suficiente para certificar que el esloveno es el ganador del Tour de Francia.

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Pogačar, emocionado en el podio tras ganar su segundo Tour seguido / EFE

Una crono disputada con mucho calor sobre un recorrido para contrarrelojistas puros, de fuerza, decorado por los inmensos viñedos de la famosa ruta de Aquitania.

Pogačar no arriesga y vence

Sin asumir riesgos, conservador, Pogačar (UAE Emirates) hizo lo necesario para celebrar su segundo Tour consecutivo. La culminación de su obra será este domingo en París, donde le acompañarán en el podio el danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma) y el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos).

Vingegaard y Carapaz, separados por 6 segundos salieron a discutir el segundo y tercer puestos, mientras que por los siguientes optaban Kelderman y O'Connor. Más asequible lo tenía Enric Mas, con margen ante Lutsenko. Los corredores del top 10 conservaron sus puestos, con el balear Enric Mas (Movistar) sexto y el vasco Pello Bilbao (Bahrain) noveno como los mejores españoles.

Van Aert, tres veces campeón mundial de ciclocrós, ganador de clásicas como la Milán San Remo, Amstel Gold Race y Strade Bianche, se embolsó la quinta victoria de etapa en el Tour con autoridad, marcando en meta un tiempo de 35.53 que nadie pudo superar.

Van Aert sabía que era su oportunidad

Palabras mayores las del belga, segundo clasificado en la primera crono de Laval y ganador de etapa en línea en la jornada del Mont Ventoux y final en Malaucene. Sin duda, la crono del subcampeón del Mundo en ruta y contrarreloj, la preparó a conciencia, la tenía entre ceja y ceja, sabiendo que la ocasión era muy propicia.

Van Aert adelantó en 21 segundos al campeón danés Kasper Asgreen (Deceuninck) y en 32 a su compañero, también danés del Jumbo y revelación del Tour Jonas Vingegaard. Era improbable que la bestia negra del pelotón, Pogacar, saliera a comerse el asfalto sin necesidad de asumir riesgos, pues contaba con una renta de 5.45 sobre el segundo clasificado.

Efectivamente, en modo defensivo, sin jugarse el pellejo, Pogačar rodó asegurando en las curvas. Acabó octavo a 57 segundos. Suficiente, y listo para ir pensando cómo celebrar a sus 22 años el segundo Tour consecutivo.

 

Imagen principal: Pogačar celebra en el final de la crono que es el ganador del Tour por segundo año consecutivo / EFE