El Espanyol no ha podido hacer historia. Los hombres de Rubi han empatado en el estadio José Zorrilla (1-1) de Valladolid y no consiguen alcanzar la soñada primera posición de la Liga Santander. Los blanquiazules se han adelantado con un gol de Borja Iglesias, pero Daniele Verde ha empatado el duelo con un golazo de falta directa en tiempo de añadido. El Espanyol ha mostrado una muy buena cara en la primera mitad, pero en el segundo tiempo ha pecado de conservador, ha cedido la posesión a los castellanos, y lo ha acabado pagando cuando ya cantaba victoria.

Borja Iglesias da alas al Espanyol

El primer tiempo ha sido un festival de ocasiones. A diferencia del partido de Huesca, donde los hombres de Rubi consiguieron la victoria a base de picar piedra, el duelo contra el Valladolid ha servido para ver el Espanyol más desbocado de la temporada. En la previa, el entrenador blanquiazul decía que alcanzar el liderato era un estímulo, y lo cierto es que los futbolistas blanquiazules han demostrado que dormir en el primer lugar de la clasificación, sin duda, les motivaba.

Durante el primer cuarto de hora, sin embargo, el Valladolid ha demostrado porque es un conjunto que venia de sumar cuatro victorias consecutivas. Los futbolistas de Sergio González han ejercido su presión alta habitual y han incomodado, y mucho, la defensa del Espanyol. Toni Villa, primero y Enes Ünal, después, han podido situar el 1-0 en los primeros compases del encuentro, pero sus disparos han salido desviados por poco.

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Así, después del susto inicial, el Espanyol ha empezado a combinar con la ambición de quien lo quiere todo. Sergi Darder, que reaparecía después de una gastroenteritis, ha sido el motor de la sala de máquinas blanquiazul. Borja Iglesias ha asumido el papel de cañónero: el gallego ha perforado la meta de Jordi Masip en el minuto 20 con un obús desde fuera el área, sumando de esta manera su quinto gol de la temporada.

La diana ha espoleado a su equipo, que a partir de este momento se ha lanzado sin complejos hacia la meta del portero catalán del Valladolid. Hernán Pérez ha podido marcar el segundo gol después de un increíble remate de cabeza, pero Masip se ha lucido. Sergio García y Dídac Vilà también han tenido ocasiones, pero no han estado acertados y el Espanyol se ha marchado a los vestuarios por la mínima. Los de Rubi merecían una renta más amplia.

Rubi peca de conservador

La segunda mitad ha empezado con una tónica completamente distinta. El equipo vallisoletano ha tirado de orgullo y ha conseguido acercarse con peligro a la potería blanquiazul. La ocasión más clara la ha tenido Rubén Alcaraz en el minuto 62, momento en que el ex jugador del Girona se ha plantado al área del Espanyol para fusilar a Diego López. Incomprensiblemente, el mediocampista ha querido reventar el esférico cuando sólo lo tenía que colocar.

Por parte del Espanyol Pablo Piatti, Víctor Sánchez y Óscar Duarte han sustituido Hernán Pérez, Óscar Melendo y Sergio García. El último cambio era más que significativo, un delantero por un central. Rubi mostraba su faceta más defensiva y, a la vez, lanzaba mensaje muy claro: había que resistir. El Valladolid ha monopolizado la pelota y ha dispuesto de ocasiones, pero Mario Hermoso y David López se mostraban colosales.

La estrategia del entrenador catalán del Espanyol era a cara o cruz y esta vez ha salido cruz. Cuando la parroquia blanquiazul ya cantaba victoria, una falta directa ejecutada por Daniele Verde en tiempo añadido ha situado el empate a uno en el marcador. Diego López, impecable durante todo el partido, se ha mirado la pelota con cierta parsimonia y no ha sabido reaccionar a tiempo.

Dicen que la victoria tiene muchos padres y las decepciones sólo uno. En este caso, hay quien apuntará hacia el portero del Espanyol, pero lo cierto es que el partido contra el Valladolid ha demostrado que Rubi, aunque hasta ahora lo haya parecido, no es perfecto.