El pasado verano, el Real Madrid cerró una operación más que interesante de cara a presente y futuro. Los blancos se hicieron, a coste cero, con Trent Alexander-Arnold, que venía siendo uno de los carrileros más interesantes de todo el mundo. El ex del Liverpool llegó con la carta de libertad y con la promesa de ser un jugador sumamente especial, de aquellos que convierten la posición en algo absolutamente diferente y que llegan para ser revolucionarios en lo suyo. Sin embargo, la realidad es que con Arnold no ha llegado ni una revolución ni nada; se trata de un jugador que, cuando ha jugado, ha dejado muchas dudas y que cada vez apunta más a fracaso que otra cosa.

La llegada de Arnold se vendió como la gran oportunidad de mercado que aprovechó el Real Madrid para renovar la posición de lateral derecho. Sin embargo, ha sido entre Carvajal y Fede Valverde, que se ha acabado cubriendo el carril diestro, donde Arnold ha tenido una presencia absolutamente testimonial y que ha dejado demasiadas dudas por el rendimiento que ha tenido.

En Liverpool se vivía mucho mejor

A diferencia de lo que piensan muchos futbolistas, Alexander-Arnold siente que era mucho más feliz y se sentía mucho mejor antes de dar el paso para fichar por el Madrid. En el Liverpool era indiscutible. Ahí entendían a la perfección el tipo de futbolista que es y montaban el equipo según sus cualidades y sus carencias. Y es que, al ser tan especial, el inglés debe tener un equipo hecho a su medida, que le cubra la espalda y que le permita armar el ataque desde la posición de lateral derecho y con su fenomenal pie derecho, con el que es capaz de poner el balón donde él quiera.

Trent Alexander Arnold
Trent Alexander Arnold

No hay nadie como Trent Alexander-Arnold en todo el mundo. Revolucionó la posición de lateral derecho en Liverpool y parece que en el Real Madrid no acaban de entender sus cualidades tan únicas y especiales. El inglés necesita un entorno mucho más adaptado a él y en Chamartín no lo está encontrando.

Un fichaje que fue su peor error

De este modo, Alexander-Arnold comienza a pensar y a tener muy claro que su decisión de cambiar Anfield por el Bernabéu no fue la mejor de todas. Ahora es un jugador discutido, con muchas dudas y que no tiene el puesto, para nada, garantizado. De hecho, le ha pasado por delante un Fede Valverde, que ni nació jugando de lateral ni quiere hacerlo. Así es la situación de un Arnold que ya se arrepiente de la decisión que tomó el verano pasado.