El Real Madrid atraviesa un momento delicado. Los últimos resultados deportivos han dejado al equipo tocado y cuestionado. La derrota en Anfield (1-0) y el empate sin goles en Vallecas han encendido las alarmas en Valdebebas. El conjunto blanco no solo ha fallado en ataque, sino que ha mostrado una alarmante falta de cohesión defensiva. La irregularidad preocupa a directiva, cuerpo técnico y jugadores.

La situación táctica del equipo preocupa especialmente a Xabi Alonso. El entrenador ve que sus indicaciones no se ejecutan con la intensidad necesaria. El control del partido se pierde con facilidad, y el Real Madrid parece un equipo sin plan B cuando su idea principal no funciona. Los rivales han sabido aprovechar cada desconexión, y la presión sobre los jugadores aumenta partido tras partido.

Mbappé y Lejeune en el Rayo Vallecano-Real Madrid

El Real Madrid ha perdido el rumbo, dos partidos sin ver puerta

El bloque defensivo ha sido especialmente cuestionado. Carvajal, Militao, Álvaro Carreras, Asencio, Huijsen, Valverde y Alaba han mostrado irregularidades. La falta de coordinación defensiva obliga a los mediocampistas a cubrir huecos constantemente, agotando recursos físicos y mentales del equipo. La sensación de descontrol es patente entre la plantilla y los aficionados.

En ataque, la ineficacia es evidente. Mbappé y Vinícius hacen la guerra cada uno por su lado. Y aunque el francés registra estadísticas positivas, no existe una coordinación entre ambos que mejoraría notablemente los números. La creatividad ofensiva se ha visto limitada, y el equipo tiene dificultades para generar ocasiones claras.

El estado de ánimo en el vestuario refleja este caos. Algunos jugadores comienzan a mostrar señales de frustración. La tensión interna es palpable, y las discusiones sobre estrategias y responsabilidades se han vuelto más frecuentes tras cada tropiezo.

Alexander-Arnold y su poca disciplina defensiva

No solo los titulares quedaron señalados. También los suplentes, que no supieron aportar lo que el equipo necesitaba. Mención especial para Trent Alexander-Arnold entró a la desesperada en los últimos minutos para meter centros, pero no sirvió de nada. Todo lo contrario. Dejó sensaciones preocupantes que no gustaron a Xabi Alonso. No tiene que ver con problemas físicos, sino con su forma de entender el juego del Madrid.

Alexander-Arnold en un partido con el Real Madrid EFE

Porque el ex del Liverpool no defiende, solo ataca. Y aunque Alonso quiere laterales que sean puñales en la zona ofensiva, subraya que no deben olvidarse de cubrir las incursiones por su banda. Y aunque su talento ofensivo es incuestionable, su falta de disciplina y compromiso colectivo empieza a ser un problema serio.