El Real Madrid ha vuelto a perder los colores en Londres tal como pasó el domingo pasado en Girona. Esta vez el responsable del desastre de los blancos ha sido el Tottenham, uno de los grandes de Inglaterra y de Europa, que ha pasado la mano por la cara a los madrileños en la Champions League (3-1).

No hay manera de ver a un Madrid reconocible sobre el campo, y menos porque finalmente, después de ser doble campeón de Europa, la flor de Zidane parece que ya no está. El equipo madrileño no carbura, los futbolistas no corren y los rivales lo aprovechan para darles lecciones de humildad.

El ataque desaparece. El medio del campo tampoco encuentra el rumbo. Y la defensa comete error tras error. Todo es una combinación fatal que deja al Madrid incapaz de sacar adelante sus partidos. Y a todo eso, los árbitros se equivocan, por extraño que parezca, contra los blancos.

El Tottenham no tiene piedad

Uno, dos y tres goles han conseguido los ingleses. Dele Alli con un doblete y Eriksen para completar la goleada. Pero lo más preocupante es que el Madrid ha podido encajar una goleada de escándalo y el Tottenham ha perdonado un gran carro de ocasiones clarísimas.

Un contragolpe, cuatro pasadas rápidas o presionar arriba esperando los errores del Madrid, la mejor táctica. El Girona ya pudo remontar y tumbar a los blancos en casa, y esta vez el Tottenham, en el emblemático estadio de Wembley, también ha podido derrumbar a los de Zidane.

El Madrid ha vuelto a sufrir en el inicio de las jugadas, ha tenido una falta de concentración constante, persistiendo durante los noventa minutos, y se han ofuscado ante la pasividad general. Los ingleses, siempre atentos al juego directo, han sabido dejar el balón a los blancos y hacerles temblar en cada recuperación.

Y suerte del Cristiano Ronaldo en modo Champions. Unos ochenta minutos muertos hasta que finalmente han reaccionado y han hecho funcionar la máquina. El portugués ha aprovechado una de sus ocasiones para acortar distancias, insuficiente, pero así aumenta su moral de cara a gol.

La mentira del Madrid ha quedado al descubierto en este inicio de temporada. Aquel Madrid que ganaba sin convencer ha acabado. En la Liga ya se deja ocho puntos con el Barça y en la Champions también sufre. Eso sí, su clasificación para los octavos parece que no será complicada, pero la primera posición del grupo se aleja.