El deporte no es política pero sí que los dos términos se mezclan en el día a día. Y uno de los deportistas, ahora entrenador, que más participación tiene en la vida política, es Pep Guardiola, actual técnico del Manchester City.

En más de una ocasión se le ha visto al lado de los políticos para defender sus ideas y a Catalunya. Hasta aquí, legítimo y con plenas libertades para hacerlo. Pero estos gestos no gustan a todo el mundo, y menos al sector deportivo que reniega de la vinculación entre deporte y política.

Pep Guardiola enfadado EuropaPress

EuropaPress

El último en hablar sobre Guardiola y su vertiente política ha sido Santi Cañizares, exportero del Real Madrid y excompañero de Pep en la selección española. En una charla a través de las redes sociales, el actual comentarista de fútbol ha recordado como durante las estancias con el combinado nacional Guardiola ya se interesaba por la política: "Recuerdo allá por el 92 que Guardiola nos hablaba de política de una forma muy moderada. Incluso nosotros podíamos bromear con cariño. Era anecdótico lo que hablábamos de política. Si alguien era del otro extremo daba igual, solo había vacile".

Pero la cosa no ha acabado aquí y el discurso de Cañizares ha ido más allá. "Ahora todo es un asco, ya no nos toleramos los unos a los otros. Él decía que estaba enamorado de Cataluña. Yo en la Selección nunca le he visto incómodo", añade. Y afianza su patriotismo asegurando que "Guardiola siempre fue encantado a todas las convocatorias de la selección. Una vez acabamos llorando tras perder. Jamás le he visto renegar en la selección".

Cañiazares saluda @santicanizares

@santicanizares

Y como todo el mundo esperaba, también aborda el actual conflicto Catalunya-España: "Me sienta muy mal cuando habla mal de España. Como si lo dijera cualquiera no, mucho peor. He estado con él en la selección y hemos llorado cuando nos eliminaron en Boston. No sé cuándo mutó su cerebro. Ni el suyo ni el de gran parte de la sociedad que hace que estemos enfrentados".

"No sé quién controla su cerebro político", acaba asegurando Cañizares. Y explica que "el único que tuvo un par de narices" de dejar la selección española fue Oleguer Presas.