El Barça B respira. Los blaugrana sudan tinta para ganar el primer partido en Segunda División B, contra el Sabadell en la Nova Creu Alta. Un gol en propia portería de Aleix Coch deja a los arlequinados, inmersos en su fiesta mayor, sin conocer la victoria. El partido también sirve para que Carles Aleñá vuelva a sentirse futbolista.

Adaptarse a la categoría

La categoría no esperará al Barça, que ya comprobó contra el Alcoyano y el Ejea la intensidad de unos rivales que igualan con físico la diferencia de talento. El Sabadell, con un planteamiento muy pragmático, ha regalado la pelota para protegerse. No ha querido inventar nada ni hacer experimentos.

El Barça ha aceptado la pelota, pero a veces ha emitido síntomas de no saber qué hacer con ella. La ausencia de Riqui Puig restaba imaginación a un medio del campo que pasaba desapercibido en todos los ataques, la mayoría estáticos. Nadie era capaz de romper la monotonía de un partido que transitaba en la intrascendencia más absoluta.

El Sabadell, siempre al contragolpe, intentaba buscar, sin éxito, las cosquillas al portero Jokin Ezkieta. Las faltas reiteradas rompían el ritmo. Los dos equipos aceptaban el empate al descanso. El punto era insuficiente para un Barça que encadenaba dos derrotas. El entrenador Francesc Xavier García Pimienta ha jugado la carta de Carles Aleñá a falta de treinta minutos para el final. El mediocampista de El Maresme volvía a jugar después de tres meses lesionado.

El filial del Barça era incapaz de tener continuidad, pero ha encontrado el gol con una jugada aislada. Un centro lateral de Juan Miranda ha rebotado en el defensa Aleix Coch para convertirse en el 0-1. El gol ha derivado en los mejores momentos del Barça, que conseguía atacar con más criterio. Las urgencias del Sabadell dibujaban un nuevo panorama de idas y venidas.

Las paradas de Ezkieta y la suerte se han aliado con un Barça que ha visto como el árbitro anulaba un gol al Sabadell por un fuera de juego milimétrico. La victoria final, muy poco lucida, supone una bombona de oxígeno para un equipo que sigue adaptándose a su nueva realidad.