Suele pasar en el mundo del fútbol que un jugador en concreto no entra por los ojos de un equipo de dirección deportiva, mientras que por otro es considerado un activo de lo más aprovechable. Pasa en niveles amateurs y pasa en la máxima élite. En el Barça ha habido varios casos con el equipo de Ronald Koeman y, posteriormente, de Xavi Hernández.

Un ejemplo de ellos es Memphis Depay, futbolista que pasó de ser innegociable en el once titular con el neerlandés en el banquillo a ser relegado a la suplencia, e incluso, a punto del despido mediante la rescisión de contrato. Sea como sea, el caso del ex del Olympique de Lyon se puede explicar con la llegada de iconos en la posición de '9' como lo son Pierre-Emerick Aubameyang o Robert Lewandowski, pero el caso de que más cuesta de entender es el de Miralem Pjanic.

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Miralem Pjanic, con la camiseta del Barça durante su presentación / Foto: @FCBarcelona

Un despropósito de planificación

Tal como llegó Ronald Koeman al banquillo del Camp Nou, Josep Maria Bartomeu facilitaba la llegada de Pjanic a cambio de 60 millones de euros en una especie de intercambio con la Juventus de Turín por Arthur Melo. La operación con la Vecchia Signora levantó muchas sospechas y fue, como mínimo, extraña. Con todo, a pesar del esfuerzo económico de la entidad culé por el bosnio, Koeman lo descartó a partir del mes de febrero y solamente hizo uso del recién llegado en los minutos sobrantes de la temporada.

Muchas incógnitas apuntaban hacia esta cuestión, y es que la continua suplencia del entonces dorsal '8' dejaba en evidencia el despropósito de planificación del Barça. Según revela el diario Sport, fue el segundo entrenador de Ronald Koeman, Alfred Schreuder, quien puso la cruz sobre el ex de la Juventus acabando por influir en las decisiones del entrenador hasta el punto de pedir su salida durante el anterior mercado estival.

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Ronald Koeman y Alfred Schreuder, durante su presentación / Foto: Europa Press

Xavi Hernández da una segunda vida a Pjanic en el Barça

Pjanic se marchó cedido al Besiktas y su travesía por Turquía no le deparó mejor suerte. Irregularidad en su minutaje y rendimiento de más a menos hizo que no acabara de aprovechar su cesión. No obstante, Xavi Hernández ya avisó que tanto Nico como Pjanic partían desde cero en la pretemporada con el fin de ganarse un puesto en el equipo.

En este cuerpo a cuerpo, ha sido Pjanic el ganador, ya que Nico ha pasado a ser el segundo suplente de Sergio Busquets y, a estas alturas, se encuentra a horas de cerrar su cesión al Valencia. Xavi ha dado una segunda vida a un Pjanic que ya se puede decir que está de vuelta, mientras que ha pospuesto la primera de un Nico que tendrá que esperar para entrar en una medular culé muy competida.